El virus de Marburgo se volvió noticia recientemente, cuando se detectó el primer caso en África occidental en un hombre que, lamentablemente, falleció. Caracterizado por un fuerte dolor de cabeza y dolor muscular, el virus encendió las alarmas en el mundo, que aún batalla duro contra el SARS-CoV-2. Esto es lo que se conoce hasta ahora de este pariente del virus del Ébola.

Este virus es un género de la familia Filoviridae, explicó Flor Pujol, directora del laboratorio de virología molecular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

“Es un primo, digamos así, del virus del Ébola. Son virus que se transmiten a través de los murciélagos. Son muy patógenos y con una muy alta tasa de mortalidad. Según el brote o número de casos, la mortalidad va de entre 20 % y 30 % hasta 90 %”, indicó la viróloga.

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El reciente caso del virus de Marburgo se detectó a principios de agosto en Guéckédou, una localidad de Guinea, África occidental. Hace menos de dos meses el gobierno guineano había declarado superada la epidemia de Ébola que se registró allí a principios de 2021. En Guéckédou también se detectaron los primeros casos de las epidemias de Ébola de 2014 y 2016.

El virus de Marburgo toma su nombre de la ciudad de Alemania donde fue identificado a partir de un caso que llegó desde África.

Los murciélagos, reservorios de virus

“Hasta la fecha, estos virus infectaban en países más bien de África Central, como la República Democrática del Congo. Con la epidemia de ébola de 2014 se descubrió que también puede afectar a países de África occidental (Guinea, Liberia, Sierra Leona)”, indicó Pujol.

En 2012 se supo que el virus de Marburgo también estaba alojado en murciélagos que viven en África occidental. “Es decir, el rango de infección de estos virus depende mucho de dónde se encuentren los murciélagos”, dijo Pujol.

“Los murciélagos son los reservorios de estos virus. Cuando una persona va al bosque y consume alguna fruta que haya sido tocada o tenga saliva o excretas de estos murciélagos, puede infectarse. Si esa persona infectada se lo transmite a otras, se desata la epidemia. Así ocurrió con la de Ébola en 2014, con más de 20.000 casos. Claro, con la pandemia del coronavirus estos números ahora parecen pequeños”, apuntó la bióloga.

Pero también hay buenas noticias, según Pujol. Y es que estos países aprendieron con la experiencia terrible que tuvieron con el brote de Ébola de 2014, el más grande de la historia.

“En este caso de virus de Marburgo todas las personas que estuvieron en contacto con el hombre que falleció fueron identificados y analizados. Hasta ahora no ha habido casos secundarios.

Entonces la buena noticia es que estos países, Guinea en particular, ahora han desarrollado unos sistemas de vigilancia y de diagnóstico molecular muy robustos. Esto permite controlar las epidemias y poder hacer el diagnóstico y seguimiento de casos y de esta forma cortar las cadenas de transmisión”, explicó.

“Todo apunta a que este caso fue controlado”, añadió la también individuo de número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela.

El virus de Marburgo: síntomas

Los síntomas que presentan ambos virus son bastante similares, refirió la investigadora. “Se diseminan en todo el cuerpo, causan una infección sistémica. A menudo ocasionan insuficiencia renal o insuficiencia hepática. Buena parte de la letalidad de estos virus viene ocasionada por esta afectación de órganos vitales”, indicó.

Añadió que al virus de Ébola se le llamaba fiebre hemorrágica y ahora se le llama fiebre por virus Ébola. “No en todos los casos hay esta manifestación hemorrágica. Pero eso no significa que no haya una infección sistémica”.

“Ambos son altamente transmisibles. No se transmiten por gotitas, por aerosoles. Es por fomites, por pequeñas excreciones del paciente que al entrar en contacto con otras personas la puede contagiar”, prosiguió.

“La mala noticia es que son muy infecciosos y que son muy mortales, ambos”, concluyó la especialista.