La melioidosis es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano que puede llegar a ser mortal para aquellos que la padecen. Esta infección puede ser aguda, subaguda o crónica y suele afectar la piel, los pulmones o al cuerpo entero.
Esta enfermedad es causada por la bacteria Burkholderia pseudomallei, también conocida como bacteria de Whitmore y predomina en las zonas tropicales y subtropicales.
La melioidosis se transmite a las personas y animales por la exposición ambiental a la bacteria.
La infección se produce por la inhalación y el contacto con este microorganismo presente en suelos y superficies contaminados.
¿Quiénes son más propensos en adquirir la melioidosis?
Los grupos de mayor riesgo de adquirir la enfermedad son las personas que se dedican a las labores del campo (obreros agrícolas), especialmente los dedicados al cultivo del arroz, los indígenas y los habitantes rurales de ciertas zonas tropicales. En época de lluvias es cuando se intensifica este tipo de infecciones.
Lee también… Cirugía bariátrica: Beneficios en la salud de pacientes obesos
Síntomas de la melioidosis
Esta es una enfermedad peligrosa que anualmente provoca el fallecimientlo de 89.000 personas aproximadamente en todo el mundo. Posee síntomas parecidos a los de la tuberculosis o la neumonía.
Entre ellos se encuentran:
- Ulceras.
- Abscesos.
- Fiebre.
- Convulsiones.
- Infección del sistema nervioso central.
- Dolor de estómago o de pecho.
- Pérdida de peso.
- Dolor muscular o articular.
- Dolor de cabeza.
- Tos
- Desorientación.
- Dificultad para respirar
¿Cómo se diagnostica la melioidosis?
Para el diagnóstico específico de la melioidosis se necesita conseguir muestras para su cultivo. Según el órgano afectado, se puede realizar cultivos de sangre, esputo, orina, exudados de lesiones cutáneas, de la garganta o del recto. Se debe realizar un cultivo específico para esta enfermedad, por eso es importante informar al microbiólogo de la sospecha de la misma.
Tratamiento
Los casos de melioidosis diagnosticados, incluso aquellos que son leves, se deben tratar con antibióticos de forma intensiva inicial durante dos semanas o más si el caso lo requiere. Luego se realiza una segunda fase de tratamiento de erradicación vía oral. En pacientes con abscesos, estos deben ser drenados quirúrgicamente siempre que sea posible.
Hasta el momento no existen vacunas para evitar esta enfermedad. Por eso, es importante mantener extremo cuidado con la exposición a las aguas de superficie en las zonas endémicas, en especial aquellas personas con factores de riesgo como la diabetes. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son vitales para vencera enfermedad.
Fuente: Su Médico
Imagen destacada por: https://www.freepik.es/
Comunicador Social, Actor, Productor, amante del deporte, la naturaleza y el ejercicio. Solo trabajando se realizarán tus sueños.
¡Seamos felices, todos tenemos algo de locura!
