En Uruguay millones de niños y niñas han aprendido a adaptar sus clases virtuales en medio de la pandemia con métodos que no se habían adoptado con anterioridad.

El aprendizaje  a distancia fue algo nuevo para muchos niños alrededor del mundo por el covid-19, que restringe la vida pública y el año pasado no fue la excepción para los escolares uruguayos.

Algunos desafíos fundamentales ha tenido Uruguay, como una inversión tecnológica de educación, conectividad, así como el plan ceibal.

Que no solamente hizo la entrega de dispositivos,  sino también el equipamiento tecnológico, plataforma y bibliotecas digitales.

Además del compromiso y profesionalismo los docentes que permitieron un marco de trabajo articulado con la familia desde la virtualidad.

Ha pasado una década desde que el país implementó la política de un computador por cada niño, cada alumno recibió un computador en lugares públicos y el acceso a internet es gratuito.

Además se creó el plan ceibal una agencia estatal para la educación digital, por lo que Uruguay tuvo el punto favor de responder rápido.

Por esa infraestructura que estaba ahí para brindar el servicio con centro educativos abiertos.

Y con la llegada de la pandemia se tuvo que madurar y adaptarse muy rápido.

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Uruguay ofrece 50 GB gratuitos

Al comienzo el plan ceibal amplió su capacidad de servicio para estudiantes que reciben un plan de datos mensual gratuito de 50 GB.

Los estudiantes utilizan regularmente la educación en línea, incluidos los niños en zonas rurales.

Algunos profesores usan trabajo mixto tres veces por semana, clases de zoom y a su vez la plataforma que tienen que ver con el trabajo a distancia.

Los alumnos se han acostumbrado a seguir sus clases a distancia.

Pero los uruguayos esperan que los niños puedan volver a la escuela y jugar con sus amigos en el patio del recreo.

De momento las medidas tomadas antes de la pandemia, sin saberlo, han aliviado las clases a distancia.

No es lo mismo que antes, pero es una forma de no perder el aprendizaje que dan las aulas con las clases presenciales.

Los uruguayos están más adelantados en este sentido a comparación con muchos países de la región.

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Que aún no han podido diseñar estrategias certeras que permita no perder el año escolar.

Los jóvenes sacan provecho a los elementos entregados por el gobierno local años atrás para poder continuar con los estudios.

Pero también anhelan regresar a las aulas porque el la escolaridad no es la misma en tiempos de pandemia.

Con información de www.DW.com