El líquido amniótico es un fluido acuoso, de color claro o ligeramente amarillento, que rodea y protege al feto en desarrollo dentro del útero durante el embarazo. Está contenido en el saco amniótico, una membrana que se forma poco después de la concepción. Este líquido dinámico está en constante circulación, ya que el feto lo traga e «inhala», y luego lo libera, principalmente a través de la orina

La cantidad de líquido amniótico varía a lo largo del embarazo, alcanzando su punto máximo alrededor de la semana 34, con un promedio de unos 800 ml, y disminuyendo ligeramente hasta aproximadamente 600 ml al término del embarazo.

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Características del Líquido Amniótico

En las primeras etapas del embarazo, el fluido se compone principalmente de agua y electrolitos, similar al plasma materno. Sin embargo, a medida que avanza la gestación, su composición se vuelve más compleja e incluye sustancias como proteínas, carbohidratos, lípidos, factores de crecimiento, hormonas y enzimas. También contiene células fetales que se desprenden de la piel, el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal del bebé, lo que permite realizar pruebas genéticas y de salud fetal a través de la amniocentesis.

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El pH del fluido disminuye ligeramente a medida que avanza el embarazo, situándose alrededor de 7.08 cerca del término. Su densidad es ligeramente superior a la del agua, alrededor de 1.0078. En condiciones normales, el líquido amniótico es transparente; sin embargo, puede volverse turbio al final del embarazo debido a la presencia de partículas de la descamación de la piel del feto, o verdoso si hay presencia de meconio.

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El líquido amniótico es un fluido que rodea al feto dentro del útero durante el embarazo. Este líquido desempeña un papel crucial en el desarrollo y la protección del bebé en gestación. Una de sus funciones principales es actuar como un amortiguador, protegiendo al feto de golpes y presiones externas. Además, el líquido amniótico ayuda a mantener una temperatura constante alrededor del bebé, lo que es esencial para su desarrollo adecuado.

Líquido amniótico
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Este fluido permite que el feto se mueva libremente dentro del útero, lo que favorece el desarrollo de sus músculos y huesos. El líquido también contribuye al desarrollo de los pulmones del bebé, ya que el feto lo inhala y exhala, lo que ayuda a madurar sus vías respiratorias. Finalmente, el líquido amniótico tiene propiedades antibacterianas que ayudan a proteger al feto de infecciones.

Posibles Alteraciones del Líquido Amniótico

Las alteraciones en la cantidad o calidad del líquido amniótico pueden indicar problemas en el embarazo. El oligohidramnios se refiere a una cantidad insuficiente de líquido amniótico. Esto puede deberse a problemas en los riñones del feto, que no producen suficiente orina, o a una ruptura prematura de membranas.

Líquido amniótico
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El oligohidramnios puede aumentar el riesgo de complicaciones como parto prematuro, compresión del cordón umbilical y problemas en el desarrollo de los pulmones del bebé. Por otro lado, el polihidramnios se refiere a un exceso de líquido amniótico. Esto puede ser causado por problemas en el feto, como dificultades para tragar el líquido, o por problemas en la madre, como diabetes gestacional.

Líquido amniótico
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El polihidramnios puede aumentar el riesgo de parto prematuro, desprendimiento de placenta y problemas en el parto. Además de las alteraciones en la cantidad, la calidad del líquido amniótico también puede verse afectada. Por ejemplo, la presencia de meconio (las primeras heces del bebé) en el líquido amniótico puede ser un signo de sufrimiento fetal y aumentar el riesgo de problemas respiratorios en el recién nacido.

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