Es natural sentir preocupación ante cualquier cambio en los senos, pero es importante recordar que la gran mayoría de los bultos o molestias mamarias resultan ser benignos. Estas condiciones no se diseminan a otras partes del cuerpo, pero pueden causar síntomas que requieren evaluación médica
Las patologías benignas de la mama son afecciones no cancerosas que se presentan con bastante frecuencia en mujeres de todas las edades, aunque algunas son más comunes en ciertos rangos etarios. (Imagen superior de cottonbro studio en Pexels).

Tipos Comunes de Patologías Benignas de Mama
Existen diversas patologías benignas que pueden afectar la mama, cada una con características particulares:
Los quistes mamarios son, quizás, la patología benigna más común. Son sacos llenos de líquido que pueden variar de tamaño, desde muy pequeños hasta varios centímetros. Suelen sentirse blandos o gomosos al tacto y pueden cambiar de tamaño y sensibilidad con el ciclo menstrual debido a las fluctuaciones hormonales. A menudo son móviles y no están adheridos a los tejidos circundantes. Aunque son benignos, si son grandes y causan dolor, pueden ser drenados con una aguja fina para aliviar las molestias.
Los fibroadenomas son los tumores sólidos benignos más frecuentes de la mama, especialmente en mujeres jóvenes (adolescentes y de 20 a 30 años). Se sienten como bultos firmes, redondos, gomosos y muy móviles dentro del tejido mamario, a menudo descritos como «canicas» o «bolas» que se deslizan bajo los dedos. Por lo general, no causan dolor. La mayoría de los fibroadenomas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Si crecen rápidamente, molestan o generan preocupación, pueden ser extirpados quirúrgicamente.
La mastopatía fibroquística (o cambios fibroquísticos de la mama) es una condición muy común que no es una enfermedad en sí, sino una respuesta normal del tejido mamario a los cambios hormonales cíclicos. Se caracteriza por la presencia de múltiples quistes y áreas de tejido denso o fibroso. Esto puede hacer que las mamas se sientan grumosas, hinchadas y dolorosas, especialmente antes del periodo menstrual. Esta condición generalmente no aumenta el riesgo de cáncer de mama.
La mastitis es una inflamación de la mama, a menudo causada por una infección bacteriana. Es común en mujeres que amamantan (mastitis puerperal) debido a la obstrucción de los conductos lácteos, pero también puede ocurrir en mujeres no lactantes. Los síntomas incluyen dolor intenso, enrojecimiento, calor e hinchazón en la mama afectada, y a veces fiebre. El tratamiento generalmente implica antibióticos y analgésicos.
Los papilomas intraductales son pequeños crecimientos benignos en forma de verruga que se desarrollan en el revestimiento de los conductos lácteos cerca del pezón. Pueden causar secreción por el pezón, que a veces es sanguinolenta. Aunque la mayoría son benignos, algunos tipos complejos pueden tener un riesgo ligeramente aumentado de malignidad y, por lo tanto, a menudo se recomienda su extirpación.
Otros tipos menos frecuentes incluyen los lipomas (bultos de tejido graso que crecen lentamente y son indoloros) y la ectasia ductal (dilatación de los conductos lácteos que puede causar secreción pegajosa por el pezón y, a veces, dolor).

Síntomas, Diagnóstico y Manejo
Los síntomas de las patologías benignas de mama pueden variar, pero los más comunes incluyen:
- Detección de un bulto o masa en la mama.
- Dolor mamario (mastalgia).
- Hinchazón.
- Sensibilidad al tacto.
- Y en ocasiones, secreción por el pezón.
Es importante destacar que la autoexploración mamaria es una herramienta útil para familiarizarse con el propio cuerpo, pero cualquier cambio persistente o preocupante debe ser evaluado por un profesional de la salud.
El diagnóstico comienza con una historia clínica detallada y un examen físico de la mama realizado por un médico. Dependiendo de los hallazgos, se pueden solicitar pruebas de imagen:
- La mamografía es una radiografía de la mama, útil para detectar anomalías, especialmente en mujeres mayores de 40 años.
- La ecografía mamaria utiliza ondas sonoras para crear imágenes de la mama y es particularmente útil para diferenciar entre quistes (llenos de líquido) y masas sólidas, y es el método de elección en mujeres jóvenes o con mamas densas.
- La resonancia magnética mamaria puede ser utilizada en casos específicos, especialmente en mujeres con alto riesgo de cáncer o cuando otras pruebas no son concluyentes.
- La biopsia es el método definitivo para determinar la naturaleza de un bulto. Consiste en extraer una pequeña muestra de tejido para ser examinada bajo un microscopio por un patólogo. Existen varios tipos de biopsias, como la biopsia con aguja fina (BAAF), la biopsia con aguja gruesa (BAG) o la biopsia quirúrgica.
El tratamiento de las patologías benignas de mama depende en gran medida del tipo de afección, su tamaño, los síntomas que causa y, en algunos casos, el riesgo potencial (aunque bajo) de malignidad. Muchas patologías benignas, como pequeños quistes asintomáticos o fibroadenomas estables, no requieren tratamiento y se manejan con observación y seguimiento regular.

En casos de dolor o malestar, se pueden recomendar analgésicos de venta libre o cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de cafeína. Cuando una lesión causa síntomas significativos, crece rápidamente o existe alguna duda diagnóstica, la extirpación quirúrgica puede ser necesaria. Esto es común en fibroadenomas grandes o papilomas intraductales. En el caso de mastitis, el tratamiento es médico, con antibióticos.
¿Aumentan las Patologías Benignas el Riesgo de Cáncer de Mama?
Esta es una de las preguntas más frecuentes y motivo de preocupación para muchas mujeres. En general, la mayoría de las patologías benignas de la mama no aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Por ejemplo, los quistes simples, los fibroadenomas no complejos y la mastopatía fibroquística no se asocian con un mayor riesgo.
Sin embargo, hay algunas patologías benignas que se consideran «lesiones proliferativas» y que, en ciertos casos, pueden indicar un riesgo ligeramente aumentado de desarrollar cáncer en el futuro. Estas incluyen:
- Hiperplasia atípica ductal o lobulillar: Es un crecimiento excesivo de células en los conductos o lobulillos de la mama, que presentan algunas características anormales, pero no son cancerosas. Si bien no son cáncer, su presencia sí indica un riesgo elevado y requiere un seguimiento más cercano y, en algunos casos, incluso se puede considerar la quimioprevención o la extirpación.
- Carcinoma lobulillar in situ (CLIS): A pesar de su nombre, el CLIS no es un cáncer invasivo, sino un marcador de riesgo que indica una mayor probabilidad de desarrollar cáncer en cualquiera de las mamas en el futuro.
Es fundamental que cualquier mujer que reciba un diagnóstico de patología mamaria benigna hable con su médico para comprender completamente la naturaleza de su condición, el pronóstico y si requiere algún seguimiento específico. La vigilancia constante y el seguimiento de las recomendaciones médicas son cruciales para la tranquilidad y la salud a largo plazo.
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