Aunque la pérdida de masa muscular es natural con la edad, la sarcopenia es una condición médica que impacta negativamente la funcionalidad y la calidad de vida
La sarcopenia, cuyo nombre proviene del griego que significa «pobreza de la carne«, es una enfermedad progresiva y generalizada del músculo esquelético. Se caracteriza por la disminución de la masa, fuerza y función muscular, y se asocia principalmente al proceso de envejecimiento. (Imagen superior creada con IA en Google AI Studio).

Causas y Factores de Riesgo de la Sarcopenia
El desarrollo de la sarcopenia es multifactorial y complejo, aunque la edad es el factor de riesgo principal, con una aceleración de la pérdida muscular a partir de los 65 años. Otros factores clave incluyen:
- Inactividad Física y Sedentarismo: La falta de ejercicio regular, especialmente el de resistencia, acelera la atrofia muscular.
- Malnutrición: Una ingesta inadecuada de proteínas y calorías es crítica, ya que el músculo requiere estos nutrientes para la síntesis y reparación. La deficiencia de vitamina D también está implicada.
- Cambios Hormonales: La disminución de hormonas como la testosterona y los estrógenos (especialmente después de la menopausia en mujeres) influye negativamente en el mantenimiento muscular.
- Enfermedades Crónicas: Patologías asociadas a procesos inflamatorios crónicos (como la diabetes, el cáncer o la insuficiencia cardíaca) pueden aumentar el catabolismo (destrucción) muscular.
- Obesidad Sarcopénica: Es la coexistencia de una baja masa muscular y una alta cantidad de grasa corporal, lo que deteriora aún más la función del músculo debido a la infiltración grasa e inflamación.
Síntomas y Consecuencias
Los síntomas de la sarcopenia suelen ser progresivos y al inicio pueden confundirse con el simple cansancio:
- Debilidad Muscular: Es el síntoma más evidente. Cuesta realizar tareas cotidianas como abrir frascos, cargar bolsas o levantarse de una silla sin ayuda.
- Pérdida de Rendimiento Físico: Disminución en la velocidad de la marcha (caminar lento) y dificultad para subir escaleras.
- Pérdida de Peso Injustificada: Si no está asociada a una dieta, puede indicar pérdida de masa muscular.
- Mayor Riesgo de Caídas: La disminución de fuerza y estabilidad aumenta dramáticamente el riesgo de caídas, lo que a su vez puede llevar a fracturas y un mayor riesgo de dependencia.
- Discapacidad y Fragilidad: A largo plazo, la sarcopenia es un componente clave del síndrome de fragilidad, lo que resulta en una peor calidad de vida, mayor dependencia y, en casos graves, mayor riesgo de hospitalización y mortalidad.

Diagnóstico y Tratamiento: La Piedra Angular
El diagnóstico de la sarcopenia se realiza midiendo los tres componentes clave: masa muscular, fuerza muscular y rendimiento físico. Las herramientas diagnósticas pueden incluir la prueba de la fuerza de prensión (dinamometría) y pruebas de rendimiento como el Test de la Silla (levantarse y sentarse varias veces) o la medición de la velocidad de la marcha.
El tratamiento y la prevención se basan en dos pilares fundamentales:
1. Ejercicio Físico
El entrenamiento de resistencia (o fuerza) es la medida terapéutica más eficaz. Debe incluir el uso de pesos externos (pesas, bandas elásticas) o el propio peso corporal para generar contracción y tensión en los músculos.
- Recomendación: Incorporar ejercicios de resistencia al menos dos o tres veces por semana. Esto es más importante para mantener el músculo que el ejercicio aeróbico por sí solo.

2. Nutrición
Una dieta que asegure un aporte adecuado de nutrientes esenciales para el músculo es vital.
- Proteínas: Aumentar la ingesta diaria. Se recomienda de 1.0 a 1.5 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día en adultos mayores, distribuidas en las principales comidas (alimentos como carne, pescado, huevos, lácteos o legumbres).
- Vitamina D: Asegurar niveles adecuados, a menudo requiriendo suplementos bajo supervisión médica, ya que es crucial para la función muscular.
- Suplementos: En algunos casos, el médico o nutricionista puede recomendar suplementos de creatina o aminoácidos esenciales (como la leucina) para potenciar los efectos del ejercicio.
La prevención, a través de la actividad física y una dieta rica en proteínas, es la mejor estrategia para mantener la independencia y la vitalidad en la vejez.

Puedes ver más detalles sobre la prevención y el tratamiento de esta enfermedad en: Sarcopenia: Cómo prevenir la pérdida de masa muscular en adultos mayores – Clínica Ricardo Palma.
El video que puedes apreciar a continuación, proporciona consejos prácticos sobre la ingesta adecuada de proteínas y los tipos de ejercicios recomendados para combatir la pérdida de masa muscular.
Información relacionada en WebConsultas
Somos A Tu Salud… ¡Salud por todos los medios! ¡Síguenos en nuestras redes sociales!

