Existe unanimidad, en el mundo científico, en calificar a los alimentos ultraprocesados como «los malos de la película». Su omnipresencia, gracias a la globalización, así como la popularidad en el contexto alimenticio, ha hecho que en distintos ámbitos se advierta, de forma reiterada, las consecuencias negativas de consumirlos en exceso.
En general, no es fácil tener en cuenta que los alimentos ultraprocesados no son sanos ni naturales; y que además, contienen aditivos. Según informes, estos alimentos son formulaciones industriales; elaboradas principalmente a base de sustancias extraídas o derivadas de otros productos.
Además, nutricionalmente están desequilibrados. Tienen un elevado contenido en azúcares libres, grasa total, saturadas y sodio. Asimismo, presentan un bajo contenido en proteína, fibra alimentaria, minerales y vitaminas; en comparación con otros productos.

Numerosas investigaciones avalan y advierten sobre los riesgos de seguir una dieta alta en alimentos ultraprocesados. Todo apunta a que el papel de estos alimentos juega a favor de enfermedades crónicas; como diabetes, enfermedades cardiovasculares o el cáncer. Además, tienen una seria implicación directa en los niveles de sobrepeso y obesidad.
Los alimentos ultraprocesados y las investigaciones
Una investigación reciente demostró cómo, al aumentar en un 10% la presencia de este tipo de alimentos, también se incrementa el riesgo de desarrollar algún tipo de tumor. Entre ellos, el cáncer de mama.
En abril de este año, un estudio demostró la relación que existe entre el consumo de estos alimentos y la acumilación de grasa del organismo; este factor se relaciona, directamente, con la edad.
Asimismo, la última encuesta de la Sociedad Española de Obesidad demostró la alta incidencia de sobrepeso y obesidad en jóvenes españoles. Los objetivos de estudio tenían edades que oscilaban entre los 16 y 30 años. Acá se demostró también que más del 61% consume comida procesada a diario; y que este consumo, es mayor en hombres que en mujeres.