La dermatitis atópica, también conocida como eccema atópico, es una afección inflamatoria crónica de la piel. Se caracteriza principalmente por sequedad, picazón intensa y erupciones cutáneas recurrentes. Esta condición no es contagiosa, y a menudo tiene un curso fluctuante, con períodos de exacerbación (brotes), seguidos de remisiones, donde los síntomas mejoran o desaparecen temporalmente

Alivio para la piel irritable | Imagen superior de Andrea Piacquadio en Pexels

La dermatitis atópica puede manifestarse a cualquier edad, pero es más común en bebés y niños pequeños, y en muchos casos, puede persistir hasta la edad adulta. Aunque la causa exacta no se comprende completamente, se sabe que una combinación de factores genéticos, disfunción de la barrera cutánea, alteraciones en el sistema inmunológico y desencadenantes ambientales juegan un papel importante en su desarrollo y curso.

Defectuosa y una Respuesta Inmunitaria Alterada

En las personas con dermatitis atópica, la capa más externa de la piel, conocida como barrera epidérmica, no funciona correctamente. Esta barrera tiene la función de retener la humedad y proteger contra irritantes, alérgenos y microorganismos. Cuando está comprometida, la piel se vuelve más seca, sensible y permeable, lo que facilita la entrada de sustancias que pueden desencadenar la inflamación y la picazón características de la enfermedad.

Alivio para la piel irritable
Alivio para la piel irritable – Foto de Jenna Hamra en Pexels

Además de la disfunción de la barrera cutánea, el sistema inmunológico también juega un papel crucial en la dermatitis atópica. Se cree que una respuesta inmunitaria hiperactiva a factores ambientales comunes puede contribuir a la inflamación crónica en la piel. Esta respuesta inmunitaria alterada implica la liberación de diversas sustancias químicas que causan picazón y enrojecimiento.

Factores Desencadenantes y la Variabilidad de los Síntomas

La dermatitis atópica se manifiesta de manera diferente en cada individuo y puede variar según la edad. En bebés, las erupciones suelen aparecer en la cara, el cuero cabelludo, los codos y las rodillas. En niños mayores y adultos, las lesiones tienden a localizarse en los pliegues de los codos y las rodillas, el cuello, las muñecas y los tobillos. La picazón es un síntoma constante y a menudo intenso, que puede empeorar por la noche y afectar significativamente la calidad del sueño.

Alivio para la piel irritable
Alivio para la piel irritable – Foto de Craig Adderley en Pexels

El rascado persistente puede provocar engrosamiento de la piel (liquenificación), formación de costras, secreción e incluso infecciones secundarias por bacterias u hongos. Diversos factores pueden desencadenar o exacerbar los brotes de dermatitis atópica, incluyendo alérgenos ambientales como ácaros del polvo, polen y caspa de mascotas, irritantes como jabones fuertes, detergentes y ciertos tejidos, el estrés emocional, los cambios de temperatura y la sudoración.

Abordaje Terapéutico y Cuidados de la Piel

El tratamiento de la dermatitis atópica se centra en aliviar los síntomas, reducir la inflamación, restaurar la barrera cutánea y prevenir futuros brotes. No existe una cura definitiva, pero con un manejo adecuado, muchas personas logran controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida. La piedra angular del tratamiento es el cuidado de la piel, que incluye la hidratación regular con emolientes suaves y sin fragancia para ayudar a reparar la barrera cutánea y reducir la sequedad.

Alivio para la piel irritable
Alivio para la piel irritable – Foto de Yan Krukau en Pexels

Durante los brotes, se suelen utilizar corticosteroides tópicos para disminuir la inflamación y la picazón. En casos más severos, pueden ser necesarios corticosteroides orales o inmunosupresores. Los antihistamínicos orales pueden ayudar a aliviar la picazón, especialmente por la noche.

Un Enfoque Integral para una Condición Crónica

El manejo de la dermatitis atópica a menudo requiere un enfoque integral que involucre al paciente, su familia y un equipo de profesionales de la salud, incluyendo dermatólogos y alergólogos. Identificar y evitar los factores desencadenantes individuales es una parte importante del plan de manejo.

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Educar al paciente sobre el cuidado adecuado de la piel, el uso correcto de los medicamentos y las estrategias para controlar la picazón es fundamental para lograr un buen control de la enfermedad a largo plazo. La investigación continúa avanzando en la comprensión de la dermatitis atópica, lo que promete el desarrollo de terapias más dirigidas y efectivas en el futuro.

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