Un Estudio del CNIC Desafía el Protocolo de Tratamiento Post-Infarto
Un gran estudio internacional liderado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en España ha revelado hallazgos trascendentales que podrían redefinir el tratamiento estándar de los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. La investigación, publicada en una destacada revista científica, The New England Journal of Medicine, confirma que el uso rutinario de betabloqueantes no aporta beneficios adicionales a aquellos pacientes que, después de un infarto, logran mantener una función cardíaca normal. (Imagen superior de Pixabay en Pexels).

La Tradición Puesta a Prueba
Históricamente, los betabloqueantes han sido un pilar fundamental en el tratamiento de todos los pacientes post-infarto. Estos fármacos actúan reduciendo la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del corazón. Así disminuyen la demanda de oxígeno y protegen el órgano de futuros episodios.

- El Protocolo Anterior: La recomendación generalizada era prescribir betabloqueantes a largo plazo para todos los supervivientes de infarto. Esto se basa en estudios antiguos que demostraban su eficacia en pacientes con disfunción ventricular (una función cardíaca reducida).
- La Nueva Evidencia: El estudio del CNIC se centró específicamente en el subgrupo de pacientes que, a pesar del infarto, conservan una fracción de eyección (medida de la función cardíaca) dentro del rango normal. La investigación demostró que en este grupo específico, el uso continuado de betabloqueantes no reducía la mortalidad ni el riesgo de un nuevo evento cardiovascular. Esto es así, comparándolos con el grupo que no los tomaba.
Implicaciones Clínicas y Beneficios para el Paciente
Este hallazgo representa un cambio de paradigma histórico y abre la puerta a una medicina más personalizada en cardiología.
- Evitar Efectos Secundarios: Los betabloqueantes pueden causar efectos secundarios incómodos en algunos pacientes, como fatiga, bradicardia (ritmo cardíaco lento) o disfunción sexual. Si el fármaco no aporta un beneficio de supervivencia o prevención en pacientes con función normal, retirarlo mejora su calidad de vida.
- Reducción de Polifarmacia: Permite a los médicos simplificar el régimen farmacológico de los pacientes (la polifarmacia), reduciendo la carga de medicamentos diarios y el riesgo de interacciones farmacológicas.
- Ahorro Sanitario: La prescripción menos generalizada de estos fármacos podría traducirse en un ahorro significativo para los sistemas de salud a nivel global.

Los investigadores enfatizan que la decisión de retirar los betabloqueantes debe ser individualizada y tomada siempre bajo supervisión médica, tras confirmar que la función cardíaca del paciente se ha normalizado después del evento.
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