El mes de concienciación sobre el cáncer de mama busca recalcar una verdad vital: el diagnóstico temprano eleva drásticamente tu tasa de supervivencia. Las estadísticas son contundentes: una paciente en estadio 1 tiene hasta un 99% de posibilidades de supervivencia a los cinco años, lo que se traduce prácticamente en curación. En contraste, una paciente en estadio 4 tiene solo un 35% o menos de probabilidad.
Este contraste te obliga a tomar conciencia de la importancia de la vigilancia. Las lesiones en estadio 1 son aquellas que miden menos de dos centímetros, detectables únicamente por mamografía y eco mamario. Si el cáncer se detecta en esta fase temprana, es imposible que haya desarrollado metástasis.

La ruta de la metástasis
El cáncer de mama sigue un ciclo evolutivo. La metástasis no ocurre de la noche a la mañana, sino que es el resultado de un proceso progresivo que la vigilancia anual busca interrumpir.
La enfermedad comienza con una célula atípica en la glándula mamaria que se transforma en cancerígena. El ciclo de migración es el siguiente:
- Mama – Axila: La célula viaja a los ganglios linfáticos de la axila, lo que ya se considera una metástasis.
- Axila – Órganos: Los ganglios actúan como un «aeropuerto» desde donde el cáncer puede despegar hacia otros órganos.
Los sitios más comunes de migración son el hueso, el cerebro, el hígado y el pulmón. La detección a tiempo evita que el cáncer siquiera alcance los ganglios.
Tipificación: no todos los cánceres son iguales
Existen diversos tipos de cáncer de mama, cada uno con un comportamiento distinto en términos de velocidad de crecimiento y respuesta al tratamiento. Es crucial que tu cáncer sea tipificado para recibir un tratamiento personalizado.
- Luminal A (Hormonales): Son cánceres de crecimiento muy lento. Pueden tardar años en desarrollar metástasis y suelen ser menos agresivos.
- Triple Negativos: Son más comunes en pacientes jóvenes y son agresivos, con un crecimiento más rápido (en meses). Sin embargo, suelen responder muy bien a la quimioterapia.
- HER2 y Luminal B: Se consideran intermedios y a menudo requieren tratamientos más intensivos.
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El reto de las generaciones jóvenes
Existe una tendencia preocupante: el cáncer de mama, que solía ser una enfermedad de la sexta década de vida, se está diagnosticando cada vez más en mujeres menores de 35 años.
- Factores epigenéticos: Este cambio se relaciona con el aumento del consumo de tabaco en el pasado y, principalmente, con la industrialización de la alimentación.
- Dieta moderna: El consumo de enlatados, embutidos, conservantes y carnes procesadas altera la epigenética humana.
La prevención recae en adoptar hábitos de vida saludables: buena alimentación, ejercicio regular y una mente sana.

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