Si tú o alguien cercano vive con la enfermedad de Parkinson, conoces de cerca los desafíos que implica esta condición neurodegenerativa. La pérdida progresiva de neuronas productoras de dopamina impacta el control del movimiento, generando temblores, rigidez y lentitud. Durante años, la investigación ha buscado terapias efectivas para frenar o revertir este proceso. Ahora, dos estudios recientes publicados en la prestigiosa revista Nature abren una nueva y esperanzadora vía: el tratamiento con células madre.

Estas investigaciones pioneras demuestran la seguridad y el potencial de las células madre para reemplazar las neuronas dañadas, ofreciendo una alternativa con menos efectos adversos que los medicamentos actuales. Acompáñanos a descubrir en qué consiste esta innovadora terapia, cómo se llevaron a cabo estos prometedores ensayos y qué beneficios podrían significar para el futuro del tratamiento del párkinson.

células madre

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La terapia con células madre: reemplazando la dopamina perdida

La terapia con células madre en el párkinson se centra en un objetivo fundamental: reemplazar las neuronas que han dejado de producir dopamina. Esta hormona, crucial para la motivación, la concentración, la memoria y, sobre todo, el control del movimiento, disminuye drásticamente en las personas con párkinson. El trasplante de células madre busca que estas se especialicen en la producción de dopamina, restaurando así la función motora y aliviando los síntomas de la enfermedad.

Dos ensayos, dos orígenes celulares, un horizonte de esperanza

Los dos estudios publicados en Nature exploraron diferentes tipos de células madre, pero ambos arrojaron resultados alentadores:

  • Células madre embrionarias: Estas células tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular del cuerpo, incluyendo las neuronas dopaminérgicas. Sin embargo, su uso plantea consideraciones éticas debido a la implicación de la destrucción de embriones.
  • Células madre pluripotentes inducidas: Estas células se obtienen del propio paciente y se reprograman para volver a un estado inicial en el que pueden transformarse en cualquier célula. Al ser propias del paciente, el riesgo de rechazo se reduce significativamente.

El primer ensayo, realizado por un grupo americano, fue un estudio pequeño con siete pacientes utilizando células madre embrionarias. El segundo ensayo, llevado a cabo por un equipo japonés, involucró a doce pacientes y empleó células madre pluripotentes inducidas. Ambos equipos, con una sólida trayectoria en este campo, demostraron la seguridad de la aplicación de estas células.

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Beneficios prometedores: menos efectos adversos, mayor optimismo

Los resultados de estos estudios iniciales presentan beneficios significativos en comparación con los tratamientos actuales. Un hallazgo destacado es la ausencia de movimientos involuntarios graves como efecto secundario del trasplante, un problema que sí se ha observado en investigaciones anteriores.

El tratamiento actual más común para el párkinson, la levodopa, ayuda a aumentar los niveles de dopamina, pero con el tiempo puede provocar efectos adversos como tics, sacudidas involuntarias y vómitos, además de perder eficacia. 

Si bien los resultados de los ensayos con células madre aún son preliminares y el efecto en la dopamina fue limitado, la ausencia de efectos secundarios graves y la seguridad demostrada abren un camino prometedor. Los investigadores coinciden en la necesidad de ampliar los estudios con un mayor número de pacientes y un seguimiento a largo plazo para confirmar estos resultados iniciales y optimizar la cantidad de células trasplantadas. Sin embargo, estos dos estudios representan un paso significativo en la dirección correcta.