Los tumores cerebrales pueden originarse en diferentes tipos de células. Una variante particular es el linfoma que surge en el sistema nervioso central (SNC). Este tipo de cáncer proviene de los linfocitos, células clave de tu sistema inmunitario.

Aunque es un diagnóstico poco común, entender sus características es fundamental. Basándonos en la información proporcionada por el Dr. José González, neurocirujano especialista en cirugía cerebral y de columna, te explicamos los aspectos clave de esta condición médica, originada por mutaciones que causan un crecimiento celular descontrolado.

linfoma

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¿Qué es exactamente el linfoma cerebral?

El linfoma cerebral es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos, células pertenecientes a tu sistema inmunitario cuya función normal es defenderte de infecciones. Cuando estas células mutan y crecen sin control dentro del sistema nervioso central (cerebro, médula espinal, ojos o meninges), forman un linfoma.

Es crucial diferenciar entre dos tipos. El linfoma primario del sistema nervioso central nace directamente allí; es poco común (solo un 4% de los tumores cerebrales) y suele ser agresivo (generalmente del tipo No-Hodgkin de células B). El linfoma secundario, en cambio, es resultado de un linfoma originado en otra parte del cuerpo que ha migrado o hecho metástasis al sistema nervioso central.

Señales y síntomas a reconocer

Las manifestaciones del linfoma cerebral dependen de la ubicación y tamaño de las lesiones tumorales. Presta atención a estas posibles señales neurológicas:

  • Déficit motor focalizado, como debilidad o parálisis en un lado del cuerpo (hemicuerpo).
  • Aparición de convulsiones sin causa previa conocida.
  • Alteraciones en el estado de conciencia, confusión o cambios cognitivos.
  • Otros síntomas neurológicos variables que, en ocasiones, pueden simular un accidente cerebrovascular (ACV).

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Abordaje terapéutico y pronóstico

El tratamiento del linfoma cerebral requiere un enfoque coordinado entre especialistas, principalmente neurocirujanos y hemato-oncólogos. Las decisiones se basan en la localización del tumor, el estado general de tu salud y si es primario o secundario.

Las opciones terapéuticas son variadas e incluyen quimioterapia, radioterapia, radiocirugía, anticuerpos monoclonales e incluso trasplante de células madre. La cirugía de extirpación se reserva usualmente para casos donde el tumor causa un deterioro neurológico agudo que pone en peligro tu vida.

El pronóstico varía significativamente. El linfoma primario del SNC es considerado muy agresivo, con una sobrevida limitada incluso con tratamiento. El secundario puede tener un mejor pronóstico si el linfoma original ya fue tratado. Factores como tu edad y otras condiciones médicas preexistentes también influyen en la perspectiva a largo plazo.