Las personas que tienen una lazo filial y de parentesco con un familiar con demencia, batallan una especie de guerra de baja escalada, silenciosa, procurando mantenerse estables en lo emocional y en lo físico.
El cuidador de un adulto con algún tipo de demencia, con el tiempo, y debido a las responsabilidades con las que carga con el enfermo, suele sufrir suelen desequilibrarse. Y de forma paulatina su calidad de vida y bienestar integral desmejoran.
¿Qué hacer o cuál es la mejor forma para asistir a ese pariente con trastorno mental sin que tu propia salud se vea comprometida? Sigue leyendo y encontrarás tips de los especialistas.
El familiar con demencia y su entorno
En las etapas tempranas de la enfermedad mental de una persona los familiar van entrando en un proceso de adaptación en lo cuidados y roles que van a cumplir en adelante. Y esta curva de aprendizaje no suela trastocar la vida del cuidador del paciente.
Conforme a la evolución y/o degeneración de la demencia senil o no, momento en que los episodios de demencia se manifiestan de manera más cruda o fuerte, la vida de todo el entorno familiar cambia de manera paralela a esta.
Las alteraciones emocionales de aquellos que tienen un familiar con demencia y que están a cargo de su cuidado, son más visibles y marcados cuando estos tipos de demencia se hacen más agudos en el paciente, puesto que atestiguan de primera mano la pérdida de facultades cognitivas y físicas del que era una persona sana, lúcida y capaz.
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Indicadores de la salud en deterioro del cuidador
A nivel de comportamiento se pueden observar:
- Fatiga
- Estrés
- Pensamiento negativos
- Ansiedad
- irritatabilidad
- Comportamientos maníacos
- Sentimiento de culpabilidad
Entre otros.
A nivel de psicosomático se pueden manifestar las siguientes señales, que alteran su organismo:
- Insomnio
- Caída o pérdida del cabello (alopecia)
- Trastornos de la alimentación (por ejemplo, la anorexia)
En cuanto a las complicaciones de carácter clínico se pueden manifestar las siguientes:
- Complicaciones de patologías cardiovasculres
- Cuadros de infecciones
- Enfermedades degenerativas (por ejemplo, la diabetes)
- Alteraciones emocionales (por ejemplo la depresión)
Consejos para cuidar a un familiar con demencia
El primer consejo es saber pedir ayuda, para que no estés a cargo de una tarea que llegado el momento puede sobrepasarte. No debes ver como señal de debilidad o ineficiencia, el tercerizar ciertas tareas de ese familiar con algún tipo de demencia.
Mantente informado lo más que puedas de la enfermedad. Saber cuáles son sus manifestaciones o semiología te tranquilizará tanto a ti como al afectado y sentirás un poco más de alivio, al saber que un nuevo síntoma es característico del trastorno mental.
Solicita ayuda a organizaciones dedicadas al apoyo psicológico, pero en este caso será para ti. Necesitarás desahogarte, plantear tus miedos, frustraciones y demás preocupaciones con un profesional que te sepa orientar y darte consejos para que abordes mejor la situación, pero sobre todo, cuides tu salud mental.
Haz que rutina diaria no cambie lo suficiente como para que puedas llevar un equilibrio. Aunque se dice fácil, sabemos que esto puede ser complicado, si no pides ayuda ni asistes a un psicólogo. Pero mantener un horario, una agenda, unos quehaceres que por lo general hacías, es saludable para ti.
Fuente: Webconsulta
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