La preocupación por la forma en que nos alimentamos aumenta cada día. Consumimos prebióticos y probióticos sin tomar conciencia de la función y los beneficios que pueden aportarnos.

Seguramente, en alguna ocasión has escuchado la palabra probióticos en algún alimento o como coadyuvante en el tratamiento de alguna afección estomacal pero ¿conoces los prebióticos?

En este artículo te ayudaremos a identificar la diferencia entre los prebióticos y probióticos para que sepas cuándo consumirlos y sacar el mayor provecho posible para la salud.

El equilibrio entre los prebióticos y los probióticos

Dado que los probióticos aportan bacterias vivas a la flora intestinal, mientras los prebióticos la alimentan es importante mantener un equilibrio que la ingesta de ambos grupos alimenticios sea equilibrada.

Algunas personas suelen excederse con el consumo de alimentos como el yogurt o la miel en sus desayunos, sin embargo, deben equilibrarse con el consumo de prebióticos (alimentos de origen vegetal) que mejoren el tránsito intestinal.

Comencemos con los probióticos

En principio debes saber que son organismos vivos que favorecen la microbiota intestinal, es decir, que contribuyen a la flora bacteriana. En ocasiones, son recetados por los médicos cuando se ha padecido alguna infección intestinal y se requiere una recuperación.

Los probióticos, como la palabra lo indica, son microorganismos que favorecen o aportan beneficios al funcionamiento del organismo. Son llamados comúnmente «bacterias buenas» que fomentan la digestión y el equilibro de la flora intestinal.

Una vez que el sistema gastrointestinal está sano, se garantiza que el organismo pueda funcionar equilibradamente y se puedan absorber los nutrientes de manera adecuada.

Alimentos ricos en probióticos

En esta categoría se encuentran todos aquellos alimentos que incluyen microorganismos. Por ejemplo: el kimchi, el chucrut, el miso, la kombucha o el yogurt, tienen probióticos.

Recuerda que en el caso del yogurt, puedes prepararlo de manera artesanal sin aditivos químicos. Hay muchas recetas que puedes elaborar con la fruta de tu preferencia.

También, puedes consumir los probióticos en suplementos que venden las farmacias, en este caso solicita al médico tratante alguna sugerencia sobre el mejor producto.

Foto cortesía de: Pixabay

Seguimos con los prebióticos

Es importante tener claro de antemano que los preobióticos son compuestos que el organismo no puede digerir. No se degradan y, por lo tanto, favorecen la producción de algunas bacterias.

Promueven la formación de la fibra bacteriana beneficiosa para el intestino (bifidobacterias y lactobacilos).

¿Cuáles alimentos contienen prebióticos?

Recuerda que, como señalamos anteriorimente, son todos aquellos alimentos de origen vegetal. Así que no olvides incorporarlos a tu dieta

El ajo, la cebolla, los plátanos, las alcachofas, la miel, el trigo, la avena y otros cereales. También, la soja en sus distintas presentaciones y las legumbres como los espárragos, la achicoria y el puerro.

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