Si tu hijo o adolescente ha tenido COVID-19, es posible que te preocupe la posibilidad de que experimente síntomas a largo plazo. El COVID prolongado, también conocido como PASC (por sus siglas en inglés), es una condición compleja que puede manifestarse de diversas maneras y durante meses después de la infección inicial. Afortunadamente, la investigación está avanzando rápidamente para comprender mejor esta afección en niños y adolescentes.
Un estudio reciente realizado por la Iniciativa RECOVER de los Institutos Nacionales de Salud ha arrojado luz sobre las particularidades del COVID prolongado en la población pediátrica. Los investigadores han descubierto que los síntomas y su presentación varían significativamente entre niños y adolescentes, y que incluso existen diferencias entre los niños en edad escolar y los adolescentes.
¿Qué distingue al COVID prolongado en niños y adolescentes?
- Diversidad de síntomas: Los niños y adolescentes con COVID prolongado pueden experimentar una amplia gama de síntomas, que afectan a casi todos los sistemas del cuerpo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen fatiga, dolor de cabeza, problemas de concentración, dolor abdominal y erupciones cutáneas.
- Diferentes patrones: Los investigadores han identificado patrones distintos de síntomas en niños en edad escolar y adolescentes, lo que sugiere que los mecanismos subyacentes de la enfermedad pueden variar según la edad.
- Mayor duración en adolescentes: Los síntomas del COVID prolongado tienden a persistir durante más tiempo en adolescentes que en niños más pequeños.
- Impacto en la calidad de vida: El COVID prolongado puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de los niños y adolescentes, afectando su capacidad para asistir a la escuela, socializar y participar en actividades cotidianas.
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Hacia un diagnóstico más preciso
Para ayudar a los médicos a identificar a los niños con mayor riesgo de desarrollar COVID prolongado, los investigadores han desarrollado un índice de investigación basado en un conjunto de síntomas específicos. Este índice, aunque aún en desarrollo, representa un primer paso importante hacia la creación de herramientas de diagnóstico más precisas.
Los síntomas más comunes incluidos en el índice son:
- Problemas de memoria o concentración
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Dolor muscular o articular
- Cambios en el olfato o gusto
- Problemas para dormir
- Náuseas o vómitos
- Dificultad para respirar
Es importante destacar que este índice es una herramienta de investigación y aún no está listo para su uso clínico a gran escala. Sin embargo, representa un paso importante hacia el desarrollo de herramientas de diagnóstico más precisas y accesibles para el COVID prolongado en niños y adolescentes.
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El camino hacia adelante
La investigación sobre el COVID prolongado en la población pediátrica aún se encuentra en sus primeras etapas. Los científicos continúan trabajando para comprender mejor las causas, los mecanismos y los tratamientos para esta condición. A medida que se avanza en la investigación, se espera desarrollar nuevas estrategias para prevenir, diagnosticar y tratar el COVID prolongado en niños y adolescentes, y mejorar así su calidad de vida.
Si tu hijo o adolescente está experimentando síntomas persistentes después de una infección por COVID-19, es fundamental que consultes a un pediatra. Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a minimizar el impacto a largo plazo de esta condición.
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