Jesús, Yeshua, el hijo de Dios, ha venido a sesión al menos seis veces. No ha sido un asistente ni dos los que se han encontrado hablado con él en sus regresiones, sino que algunos han hablado también desde Él, canalizando su voz

Cuando Cristo vino a conversar – Testimonios I | Imagen superior de Djane Daviss en Pixabay

Para un lector que se inicia en el camino espiritual fuera de los estándares religiosos conocidos, puede ser muy complejo sentir que emocionalmente podría sucumbir siquiera a la posibilidad de que Cristo, el Hijo de Dios, hable fuera de los templos de la Iglesia Católica de los último dos mil años. Lo entiendo, lo reconozco, lo he vivido antes por haber sido cierva de su movimiento, y por haber encontrado mucha sintonía con sus escrituras y mensajes Divinos, con ellos yo también encontré mi Fe.

Mas lo que nunca pude encontrar allí fue pasar de una veneración imaginaria, a la comunicación directa. Y eso, amado lector, es lo que vengo a compartirte

La primera vez que Cristo apareció en una consulta de hipnosis, fue en una sesión que me hacían a mí. Quería saber mi conexión con su madre, que siempre ha estado conmigo como un resguardo y cobijo certero del amor de mujer que se vive y siente entre nosotras, las que cuidamos de todo lo que Dios / el Universo / la Fuente, ha creado.

Cuando Cristo vino a conversar
Cuando Cristo vino a conversar – Imagen Generada con IA Bing de Microsoft

Y recibí una hermosa imagen en ese estado alterado de consciencia, en el que se ve y se sienten en forma directa todos los sentidos a la vez. Pues estamos viajando efectivamente a otros tiempos, a otros planos y dimensiones de nuestro Ser y de nuestra Consciencia.

Allí estaba ella, abrazándome dentro de una hermosa cueva de rocas ceniza casi beige. Un espacio que se iluminaba tenuemente por los colores de su manto azul celeste y su velo blanco. Y yo recibía ese abrazo en mi ser de niña de unos 8 a 9 años. También vestía con una batola blanca y llevaba cabellos rubios sueltos por debajo de mis hombros. Ella me transmitía con su caricia, la misma sinfonía cálida de siempre, su alegría y ternura eran alimento para mi alma, en ese momento y siempre.

Y desde la perspectiva que veía este encuentro, estaba Cristo con su manto blanco brillando, proporcionadamente grandioso y radiante, sentado a mi lado derecho, observando con templanza junto a mí, lo que ellos mismos me estaban transmitiendo, haciéndome saber que siempre habían estado.

Cuando Cristo vino a conversar – Imagen Generada con IA Bing de Microsoft

Y lo amé, y lloré, y agradecí infinitamente, porque finalmente sentí por primera vez, como mi Fe tenía sabores explosivos en todas sus cualidades, y sentí lo que es una revelación mística, sagrada, del amor de Cristo Sol en el Vientre Universal en que habitamos todos.

En una sesión posterior acompañé, esta vez yo como hipnotista y terapeuta, a una joven colombiana, chamana y muy conectada con los reinos espirituales, psicóloga y astróloga védica

En su regresión el viaje fue hermoso, pudo integrar muchas de sus preguntas del sufrimiento que algunos apegos le causaban en ese momento, y sobretodo pudo reconocer y confiar en esa libertad de su alma que ya venía experimentando y que le estaba invitando a avanzar a ese lugar dentro de sí, de su Consciencia Solar.

Imagen de Alexander Roy en Pixabay

Entonces Cristo aparece por segunda vez en sesión, y esta vez viene a entregarle a N. su mensaje:

– ¿Quién más está ahí contigo? ¿Quién más te acompaña en ese lugar?

– Jesús está.

– ¿Qué es Jesús allí?

– Amor. Es amor. -entre lágrimas, conmovida prosigue- Y me recuerda la grandiosidad del ser humano. Y de la bondad, el servicio y la fraternidad. El milagro. Y que siempre ha estado conmigo.

– ¿Qué te da Él cuando está contigo?

– Amor. Me da es un amor infinito. Es bondad. Es transparencia.

– ¿Qué quiere decirte ahora que te está acompañando?

– Que siempre está conmigo. Estamos conectados por el corazón humano. Que escogimos venir acá. Y que está bien -llora intensamente de alegría y fe-

– Respira tranquila. Respira tranquila que estás ahí y estás aquí. Estás allá y estás acá.

– Lloro es como de amor. Como si todo el amor que sintiera tuviera que sacarlo en lágrimas. No lloro de tristeza, es como de gratitud -comienza a respirar más profundo para calmarse al integrar lo que siente-.4

Cuando Cristo vino a conversar
Cuando Cristo vino a conversar – Imagen Generada con IA Bing de Microsoft

Y fue así como entendí por segunda vez, que la forma de sentirnos cerca de Cristo, no era necesariamente en las oraciones distantes, ni en las veneraciones a un interlocutor investido de sacerdote o maestro, sino en un diálogo íntimo, tan íntimo como infinito es el firmamento, que te lleva directo, directísimo podría decir, a ese amor intenso, bendecido, agradecido, honesto, y curado de todo mal, desdicha y duda. Hemos estado siempre sostenidos, queridos y amados entre sus brazos

No es una forma mejor que la otra, si logramos al fin y al cabo llegar a nuestro propósito, que es ese diálogo íntimo y directo. Si te interesa profundizar en estas formas de hablar con tus guías y maestros, utiliza bien sea la oración, o tus actividades sublimes y espacios de libertad como formas de meditar, de cruzar las barreras de las formas mentales recubiertas, prefabricadas y mentales y ábrete desde ellas a tu corazón fundamental, ese que te conecta al firmamento, y verás como entrarás rápido en estos estados de meditación, de éxtasis y nirvana, y comenzarás a tener tú mismo tus encuentros con Cristo.

Y si ya los has estado teniendo, vamos a darnos también ese abrazo cálido de hermanos, de los que nos reconocemos en los ojos del Sol, sin necesidad de ponernos nombres o etiquetas culturales de las nuevas temporadas. Namasté!

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