A medida que cumples años, la salud de tu cerebro se convierte en una preocupación central. Aunque la edad avanzada es un factor de riesgo natural para el deterioro cognitivo, existen otros elementos menos obvios que juegan un papel fundamental. Las disparidades sociales y, sorprendentemente, los niveles de educación, influyen significativamente en cómo tu mente envejece.

La psicóloga y neuropsicóloga Enza Mastropietro, directora del Instituto Tobías, profundiza en este tema. Ella explica que la educación no previene directamente el deterioro, pero moldea la forma en que tus funciones cognitivas se comportan con el paso del tiempo, afectando lo que esperamos como rendimiento mental en la adultez mayor.

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Imagen de Yerson Retamal en Pixabay

Educación y reserva cognitiva

Los niveles de escolaridad impactan la trayectoria de tu salud cerebral de manera particular. No significa que una mayor educación te exima de padecer problemas de memoria; no obstante, la especialista Enza Mastropietro señala que una formación sólida podría retrasar el inicio de un proceso degenerativo. Tu cerebro, al haber sido más exigido, desarrolla una capacidad de respuesta y una resiliencia diferentes.

Este fenómeno se vincula con la «plasticidad cerebral», la asombrosa capacidad de tu cerebro para adaptarse y enfrentar daños. Esta plasticidad, potenciada por el aprendizaje continuo, se transforma en lo que se conoce como «reserva cognitiva». Es una especie de colchón mental que te ayuda a afrontar mejor cualquier eventualidad en tu salud cerebral, incluso en los últimos años de vida.

Estrategias para potenciar tu cerebro

Para mantener esa reserva cognitiva en niveles óptimos y promover un envejecimiento activo, la Organización Mundial de la Salud y especialistas como la neuropsicóloga Enza Mastropietro recomiendan prácticas fundamentales:

  • Actividad física regular: Especialmente el ejercicio aeróbico, beneficia la salud cardiovascular y, por ende, el cerebro, un órgano intensamente vascularizado.
  • Control de factores cardiovasculares: Mantener una alimentación sana y un estilo de vida que proteja tu corazón también protege tu cerebro.
  • Mantente socialmente activo: La interacción con otros estimula tu mente y tu espíritu.
  • Actividad mental cognitiva: Busca desafíos que ejerciten tus capacidades mentales, más allá de las tareas cotidianas.

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El envejecimiento activo es para todos

Si sientes que no tuviste la oportunidad de desarrollar plenamente tus capacidades cognitivas en la juventud, no te desanimes con esta información. Es fundamental que te mantengas activo. Los momentos de mayor riesgo para la reserva cognitiva son la jubilación sin actividades alternas, la pasividad excesiva o el abuso de pantallas.

La clave es que busques una actividad que te permita usar esas capacidades que, de otro modo, permanecerían latentes. Ya sea aprender algo nuevo, participar en grupos o involucrarte en pasatiempos que te exijan mentalmente, cada esfuerzo suma. Al hacerlo, aseguras que esa reserva cognitiva esté disponible para afrontar cualquier eventualidad en tu salud cerebral.