Aunque a menudo se usan indistintamente, representan dos estados de salud distintos en las personas mayores. Abordar estos estados no se trata solo de añadir años a la vida, sino de añadir vida a los años al preservar la autonomía y la calidad de vida

A medida que la población mundial envejece, la comprensión de conceptos como fragilidad y discapacidad se vuelve crucial. (Imágenes generadas con la IA de de Google AI Studio).

Entendiendo la Fragilidad (El Síndrome de Alarma)

La fragilidad (o frailty) es un síndrome médico complejo caracterizado por una disminución de las reservas fisiológicas y la resistencia a los factores estresantes, lo que aumenta la vulnerabilidad a resultados adversos de salud. En esencia, una persona frágil tiene menos capacidad para recuperarse de un resfriado, una caída o una pequeña cirugía.

Fragilidad y Discapacidad

No es lo mismo que el envejecimiento normal, sino una condición que se puede identificar y, en muchos casos, prevenir o revertir. Los criterios comunes para identificar la fragilidad incluyen:

  • Pérdida de peso involuntaria (aproximadamente 4.5 kg o más en un año).
  • Debilidad muscular (medida por la fuerza de agarre).
  • Agotamiento o fatiga autorreportada.
  • Lentitud en la marcha (caminando más despacio de lo normal).
  • Bajo nivel de actividad física.

La fragilidad es un estado pre-discapacitante; una persona frágil aún puede ser independiente, pero está en alto riesgo de caer en la discapacidad tras un evento menor.

La Discapacidad (La Pérdida de la Función)

La discapacidad se refiere a la dificultad o incapacidad para realizar actividades esenciales de la vida diaria debido a una condición física o mental. Este estado se enfoca en el nivel de función y autonomía del individuo, no solo en su biología.

Fragilidad y Discapacidad

Se clasifica típicamente según el tipo de actividades afectadas:

  1. Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD): Incluyen tareas esenciales para el autocuidado, como vestirse, bañarse, comer, levantarse de una silla o usar el baño.
  2. Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD): Implican interacciones más complejas con el entorno, como cocinar, hacer compras, usar el transporte, manejar el dinero o tomar medicamentos.

Mientras que la fragilidad es un estado biológico que precede a la pérdida de función, la discapacidad es la manifestación de esa pérdida, resultando en la dependencia de terceros para realizar tareas cotidianas.

Intervención y Promoción de la Autonomía

El tratamiento de la fragilidad y la prevención de la discapacidad comparten estrategias clave que se centran en fortalecer las reservas del cuerpo:

  • Ejercicio Multicomponente: Es la intervención más efectiva. Se recomienda un programa que combine el entrenamiento de resistencia (para la fuerza muscular), el entrenamiento aeróbico y los ejercicios de equilibrio (para prevenir caídas).
  • Nutrición Adecuada: Una ingesta suficiente de proteínas es vital para mantener la masa muscular (previniendo la sarcopenia). También son importantes las vitaminas D y B12.
  • Revisión Farmacológica: La polifarmacia (el uso de múltiples medicamentos) puede aumentar la debilidad y la confusión. Es crucial que un médico revise y simplifique los regímenes de medicación.
  • Entorno Seguro: Adaptar el hogar (eliminando alfombras sueltas, instalando barras de apoyo) puede reducir el riesgo de caídas y evitar que la fragilidad se convierta en discapacidad.

Fragilidad y Discapacidad

La meta no es detener el envejecimiento, sino mantener la funcionalidad el mayor tiempo posible, permitiendo que las personas mayores sigan siendo activas, participativas e independientes en su comunidad.

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