La obesidad es un problema de salud pública que afecta a millones de personas en el mundo y que aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer.

La obesidad se produce por un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía, que se ve influido por factores genéticos y ambientales. Uno de los genes que se ha relacionado con la obesidad es el gen POMC (pro-opiomelanocortina), que codifica una hormona que regula la sensación de saciedad.

obesidad 2
Foto referencial – Foto de Andres Ayrton

Cómo actúa el gen POMC

El gen POMC se expresa en el hipotálamo, una región del cerebro que controla el apetito y el metabolismo.

La hormona POMC se procesa en diferentes péptidos, como la alfa-MSH y la beta-endorfina, que se unen a receptores específicos en las neuronas y modulan la respuesta al hambre.

Cuando hay suficiente energía disponible, la POMC inhibe la ingesta de alimentos y estimula el gasto energético.

Cómo afecta el gen

El gen POMC puede sufrir alteraciones en su secuencia o en su regulación, afectando así su función. Por ejemplo, se han identificado mutaciones en el gen POMC que causan una deficiencia de la hormona y provocan una obesidad severa desde la infancia, acompañada de otros síntomas como hipotonía muscular, retraso del desarrollo y alteraciones en la pigmentación de la piel y el cabello.

Además, se ha descubierto que el gen POMC puede estar sometido a un tipo de modificación química llamada metilación, que consiste en la adición de grupos metilo al ADN sin cambiar su secuencia.

La metilación puede activar o desactivar genes según el contexto celular y ambiental. Esta modificación se establece durante el desarrollo embrionario y puede ser influenciada por factores como la dieta, el estrés o las infecciones.

Lea también: Alopecia areata: qué es, sus tipos y su posible tratamiento

Un estudio reciente ha mostrado que las mujeres que tienen una mayor metilación del gen POMC tienen un riesgo 44% mayor de tener sobrepeso u obesidad que las que tienen una menor metilación. Este hallazgo sugiere que la metilación del gen POMC afecta a su expresión y a la producción de la hormona de la saciedad, lo que podría alterar el control del apetito y el peso corporal.

Existen otras variantes

El gen POMC no es el único gen implicado en la obesidad. Se han identificado otras variantes genéticas que influyen en el peso, como el gen FTO (gen asociado con la masa grasa y la obesidad). La función de este gen está relacionada con el control hipotalámico de la saciedad y la hiperfagia, esta se define como un aumento excesivo de la sensación de apetito.

La obesidad es un trastorno multifactorial que requiere una intervención integral que incluya hábitos saludables de alimentación, ejercicio físico e higiene del sueño.

Sin embargo, conocer los genes que influyen en el peso puede ayudar a diseñar estrategias personalizadas para prevenir o tratar la obesidad, así como a identificar posibles dianas terapéuticas para desarrollar nuevos fármacos.

Fuente: webconsultas

Imagen destacada por: jcomp