Las voces típicamente relacionadas con la feminidad poseen un tono mayor que las típicamente asociadas con la masculinidad. No obstante, el tono es solo un aspecto de dicha exclusión. La entonación, la resonancia, la calidad vocal y la articulación juegan un papel en nuestra percepción social de una voz como «femenil», al igual que el lenguaje, el volumen y la comunicación no verbal.

A lo largo de la pubertad, una persona asignada varón al nacer desarrolla una laringe más grande (caja de la voz) con cuerdas vocales más largas (14mm frente a 10mm). Además, bajo el impacto de la testosterona, se incrementa el volumen muscular en las cuerdas vocales. Las cuerdas vocales más largas y grandes vibran a una frecuencia más baja (tono). El tono de habla promedio de los adultos varones asignados al nacer es alrededor de 107 a 120Hz, mientras que para los adultos asignados como mujer al nacer es de 189 a 224Hz. Las voces afinadas a más de 165Hz principalmente se perciben como femeninas.

La frecuencia importante de las cuerdas vocales (como con las cuerdas en una herramienta musical) está relacionada con su longitud, volumen y tensión. El crecimiento del tono quirúrgico se puede conseguir cambiando dichos parámetros. La mayoría de las cuerdas vocales no se puede minimizar cuando una persona ha pasado por la pubertad, por lo cual la cirugía va a tener como fin acortar las cuerdas (glotoplastia) o incrementar la tensión (aproximación a la cricotiroides).

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Foto por: lvsclinic

¿Cuál es el proceso de feminización de la voz?

El proceso de feminización vocal consta de 5 fases diferentes:

  1. Examen vocal: En primera instancia, el proceso de feminización vocal empieza con varias exploraciones, llevadas a cabo para obtener un estudio completo de la voz.
  2. Logopedia preoperatoria: Sesiones reiteradas que buscan cambiar patrones respiratorios, entonación, articulación e inflexión de la voz. Además, busca feminizar emisiones espontáneas como risas, muletas o tos.
  3. Cirugía y postoperatorio: Hay numerosas técnicas descritas para feminizar la voz. Hay 2 técnicas que buscan incrementar el tono (frecuencia fundamental). Una es la glotoplastia de Wendler y la otra es famosa por sus siglas LAVA (Laser-Assisted Voice Adjustment). Cuando se hace la cirugía, el paciente debería conservar reposo vocal absoluto (sin dialogar ni susurrar) durante los primeros 10 días para una curación óptima.
  4. Logopedia postoperatoria: Refuerza los resultados logrados hasta entonces, ayuda en la adaptación y reconocimiento de la nueva voz, y ayuda en la recuperación de la fisiología de las cuerdas vocales.
  5. Seguimiento: Los cambios logrados se registran periódicamente.

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Glotoplastia

El propósito de este método es ajustar las proporciones de las cuerdas vocales. Las cuerdas vocales en las mujeres asignadas al nacer son más cortas que en las asignadas al hombre al nacer. La glotoplastia disminuye la longitud del segmento vibratorio de los cordones que conduce a un tono máximo.

El método se hace endoscópicamente por medio de la boca sin heridas o marcas externas. Utilizando un láser de CO2, se remueve el revestimiento de la parte frontal de las cuerdas y se suturan ambos lados ligados. La voz se puede ajustar todavía más usando el láser para «apretar» el segmento vibratorio de las cuerdas.

La voz se puede ajustar todavía más usando una técnica llamada ajuste de voz asistido por láser (LAVA) para «apretar» el segmento vibratorio de las cuerdas.

Fuente: webconsultas

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