Estos episodios pueden estar acompañados de otros síntomas debilitantes que impactan significativamente la calidad de vida de quienes la padecen
La migraña no es un dolor de cabeza común, sino una compleja enfermedad neurológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por ataques recurrentes que suelen durar de horas a varios días, causando un dolor intenso y pulsátil, generalmente en un lado de la cabeza. (Imagen superior de Andrea Piacquadio en Pexels).

Las cuatro fases de un ataque de migraña
Los ataques de migraña pueden desarrollarse en cuatro fases, aunque no todas las personas experimentan cada una de ellas:
- Pródromo (o Fase de Advertencia): Ocurre de 1 a 24 horas antes del dolor de cabeza. Los síntomas son sutiles y pueden incluir cambios de humor, antojos de comida, bostezos frecuentes, rigidez en el cuello o una sensación de euforia.
- Aura: Esta fase afecta aproximadamente al 20-30% de los pacientes. El aura es una serie de alteraciones sensoriales o neurológicas que generalmente preceden al dolor, como la aparición de destellos de luz, puntos ciegos, líneas en zigzag o un hormigueo en el rostro o las extremidades.
- Ataque (o Fase de Dolor): Es la etapa más característica, con un dolor de cabeza de moderado a severo que puede durar desde unas pocas horas hasta tres días. Es un dolor pulsátil y a menudo unilateral, acompañado de náuseas, vómitos, y una extrema sensibilidad a la luz (fotofobia), al sonido (fonofobia) y a los olores (osmofobia).
- Postdromo: Tras el dolor, el paciente puede sentir una resaca migrañosa, con una sensación de agotamiento, confusión, dificultad para concentrarse y, a veces, dolor muscular en el cuello y la cabeza.
Causas y principales desencadenantes
Aunque la causa exacta de la migraña es desconocida, se cree que está ligada a la genética y a la actividad anormal del cerebro. Los ataques son a menudo provocados por una serie de desencadenantes que varían de una persona a otra. Algunos de los más comunes incluyen:
- Cambios hormonales: En las mujeres, los ciclos menstruales, el embarazo o la menopausia son factores de riesgo significativos.
- Estrés: La tensión emocional, tanto física como mental, es uno de los mayores desencadenantes.
- Alimentos y bebidas: Quesos curados, carnes procesadas, chocolate, cafeína y el vino tinto pueden provocar migrañas en personas susceptibles.
- Estímulos sensoriales: Luces intermitentes, sonidos fuertes, y olores intensos como perfumes o humo pueden ser detonantes.
- Falta de sueño o exceso de sueño.
- Factores ambientales: Los cambios de clima, de presión barométrica, o de altitud pueden ser desencadenantes.

Tratamiento y prevención
El tratamiento de la migraña se divide en dos enfoques: el tratamiento agudo para detener un ataque y el preventivo para reducir su frecuencia. Para el tratamiento agudo, se utilizan analgésicos de venta libre o medicamentos específicos como los triptanes.

La prevención es crucial y a menudo incluye medicamentos y, sobre todo, cambios en el estilo de vida. Identificar y evitar los desencadenantes personales, mantener una rutina de sueño regular, seguir una dieta equilibrada y practicar técnicas de manejo del estrés son pasos esenciales para controlar la migraña.
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