En general, la vacuna es una práctica efectiva para reducir el contagio de enfermedades infecciosas al poner en marcha las defensas naturales del organismo. Actúa creando una respuesta del sistema inmunitario para luchar contra virus y bacterias.

Es importante estar vacunados poco tiempo después de nacer; para así poder resistir al ataque de cualquier bacteria o virus, que antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas.

En ese sentido, si estamos expuestos a algún tipo de microbio contra el que protege la vacuna, el sistema inmunitario podrá atacarlo rápidamente; antes de que empecemos a sentirnos mal.

Protección de la vacuna

Las vacunas pueden llegar a proteger toda la vida gracias a una sola aplicación. Sin embargo, otras requieren de refuerzos para lograr la completa inmunización de la persona.

La doctora Elena Sotillo, directora farmacéutica de Locatel, explicó que los niños son los pacientes con mejor control a la hora de vacunarse.

“Actualmente el esquema de vacunación empleado en niños, jóvenes y adultos es universal. Esto significa que la mayoría de los países se han comprometido a establecer campañas permanentes de prevención; lo que significa tener una seguridad en caso de viajar o cambiarse de sitio de residencia»; agregó la especialista.

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 La vacuna 1
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Enfermedades inmunoprevenibles

En general, las enfermedades inmunoprevenibles son aquellas que pueden prevenirse con el uso de una vacuna; como el sarampión, difteria, tos ferina, tétanos, poliomielitis, rubéola, meningitis, paperas, hepatitis varicela, neumococo e influenza, entre otras. Por ello, es importante vacunarse de manera oportuna.

Estas vacunas se suministran de manera intramuscular por medio de una inyección.

Hay algunas vacunas que al aplicarse pueden producir molestias como:

  • Enrojecimiento leve.
  • Dolor en el lugar de la inyección.
  • Fiebre
  • Dolor muscular.

Sin embargo, puede ser mayor el beneficio de la vacuna al prevenir enfermedades que pueden causar daños severos en algunos órganos del cuerpo; o en su defecto, la muerte.

En ese sentido, la especialista destacó que la vacuna antitetánica se administra a los adultos dedicados a actividades de riesgo como:

  • Deportes extremos.
  • Manejo de objetos punzocortantes.
  • Personas que trabajan con hierro, basuras y desechos.

“Es importante tomar conciencia de cumplir con los programas de inmunización infantil y de adultos; más aún si el programa de vacunación, durante su crecimiento, es deficiente o no concluyó”; dijo la doctora Sotillo.

Consulta a tu médico y recuerda llevar un registro de las inyecciones y vacunas aplicadas para garantizar que el proceso se cumpla adecuadamente.

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