Existe una creencia popular generalizada de que su consumo regular, en dosis elevadas, es el secreto para blindar el sistema inmunitario y prevenir enfermedades. Pero, ¿qué tan eficaz es realmente y qué dice la ciencia sobre su capacidad para «reforzar» nuestras defensas?
La Vitamina C y el Sistema Inmunitario | Imagen superior creada con IA en Google AI Studio
La Vitamina C (ácido ascórbico) ha sido durante mucho tiempo la estrella de los suplementos, especialmente durante la temporada de resfriados.

El Papel Esencial de la Vitamina C en el Sistema Inmune
La Vitamina C no es un refuerzo mágico que crea defensas donde no las hay, sino un nutriente indispensable que actúa como combustible para el funcionamiento óptimo de las células inmunitarias.
- Potente Antioxidante: La Vitamina C es un poderoso antioxidante que protege las células inmunitarias (y otras) del daño causado por los radicales libres, generados durante las infecciones o el estrés metabólico.
- Producción de Glóbulos Blancos: Es crucial para la producción y la función efectiva de los fagocitos y los linfocitos T y B (los soldados de primera línea del sistema inmunitario). La Vitamina C se acumula en altas concentraciones dentro de estos glóbulos, donde es consumida rápidamente durante la lucha contra patógenos.
- Refuerzo de Barreras: Contribuye a la síntesis de colágeno, una proteína fundamental para la integridad de la piel y las mucosas. Estas son nuestras primeras barreras físicas contra los agentes externos.

¿Funciona para Prevenir Resfriados? Lo que Dice la Evidencia
La investigación ha diferenciado claramente los efectos de la Vitamina C en personas sanas versus aquellas que ya tienen una deficiencia o que están bajo un estrés físico extremo.
| Escenario | Conclusión Científica | Recomendación |
| Prevención en Población General | El consumo regular de Vitamina C no reduce significativamente el riesgo de contraer un resfriado. Las personas que la toman tienen la misma probabilidad de enfermar. | Mantener la Ingesta Diaria Recomendada (IDR) para asegurar la función inmune básica. |
| Duración y Severidad del Resfriado | El consumo regular (de al menos 1-2 gramos al día) puede reducir la duración del resfriado en un promedio de 8% en adultos y 14% en niños. También puede disminuir la severidad de los síntomas. | Consumirla de forma habitual si se busca mitigar los síntomas una vez enfermo. |
| Personas Bajo Estrés Físico | En atletas de élite, maratonistas o soldados (sometidos a frío extremo o ejercicio intenso), el consumo regular puede reducir el riesgo de resfriado hasta en un 50%. | Indispensable para quienes experimentan un alto estrés oxidativo. |
| Deficiencia Severa | La deficiencia de Vitamina C compromete gravemente la función inmunitaria, aumentando la susceptibilidad a infecciones. | Corregir la deficiencia es esencial para restaurar la inmunidad. |
Cómo Consumirla de Forma Eficaz
Dado que la Vitamina C es hidrosoluble, el cuerpo no la almacena; el exceso se elimina por la orina. Por lo tanto, la clave es el consumo regular y constante.

- Fuentes Naturales: La mejor forma es a través de la dieta. Las fuentes más ricas no son solo los cítricos, sino también el pimiento rojo, el brócoli, las fresas, el kiwi y las papas.
- Dosis (IDR): La Ingesta Diaria Recomendada para la mayoría de los adultos es de unos 75-90 mg/día.
- Suplementación: Las megadosis (más de 2,000 mg/día) rara vez ofrecen un beneficio adicional y pueden causar efectos secundarios gastrointestinales. La suplementación solo es necesaria si la ingesta dietética es insuficiente o si se atraviesan periodos de gran estrés físico o enfermedad.
Conclusión: La Vitamina C no «refuerza» un sistema inmune sano para hacerlo invulnerable, sino que garantiza que las defensas celulares puedan operar al 100% de su capacidad. Es un nutriente esencial, no una cura milagrosa.
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