La leche de avena es una bebida vegetal que se obtiene al mezclar avena con agua y filtrar el líquido resultante. Es una alternativa saludable y ecológica a la leche de origen animal, ya que no contiene lactosa, colesterol ni hormonas.

Además, tiene múltiples beneficios para la piel, entre los que destaca su capacidad para aclararla y unificar su tono.

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Foto referencial – Foto de Polina Tankilevitch

¿Por qué la leche de avena aclara la piel?

Esta leche contiene vitamina E, un potente antioxidante que protege la piel de los radicales libres y previene el envejecimiento prematuro.

También contiene beta-glucano, un tipo de fibra soluble que estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel. Asimismo, contiene almidones, que actúan como humectantes naturales y mantienen la piel hidratada y suave.

Esta leche también tiene propiedades antiinflamatorias, calmantes y cicatrizantes, que ayudan a reducir el enrojecimiento, la irritación y las manchas causadas por el acné o la exposición solar. Además, tiene un efecto exfoliante suave, que elimina las células muertas y las impurezas que opacan la piel.

¿Cómo usar la leche de avena para blanquear la piel?

Existen varias formas de usar la leche de avena para blanquear la piel, pero una de las más sencillas y efectivas es aplicarla directamente sobre el rostro como una mascarilla. Para ello, solo necesitas seguir estos pasos:

  • Lava tu rostro con un limpiador suave para eliminar cualquier rastro de maquillaje o suciedad.
  • Agita bien el envase de leche de avena para homogeneizar su contenido.
  • Empapa un algodón o una gasa con leche de avena y aplícalo sobre tu rostro, evitando el área de los ojos.
  • Deja actuar la leche de avena durante 15 o 20 minutos, o hasta que se seque por completo.
  • Retira el algodón o la gasa con agua tibia y seca tu rostro con una toalla limpia.
  • Aplica tu crema hidratante habitual para sellar la humedad.
  • Repite este proceso dos o tres veces por semana para obtener resultados visibles en poco tiempo. Verás cómo tu piel se aclara, se ilumina y se suaviza con cada aplicación.

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Otras recetas con leche de avena para blanquear la piel

Si quieres potenciar los efectos para blanquear la piel, puedes combinarla con otros ingredientes naturales que también tienen propiedades aclarantes. Aquí te dejamos algunas recetas que puedes probar:

  • Mascarilla de leche de avena y miel: Mezcla media taza de leche de avena con una cucharada de miel. La miel aportará propiedades antibacterianas y antioxidantes adicionales.
  • Mascarilla de leche de avena y limón: Mezcla media taza de leche de avena con el jugo de medio limón. El limón tiene un alto contenido en vitamina C, que ayuda a inhibir la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel. Ten cuidado de no exponerte al sol después de usar esta mascarilla, ya que el limón puede causar manchas o quemaduras.
  • Mascarilla de leche de avena y canela: Mezcla media taza de leche de avena con una cucharadita de canela en polvo. La canela tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y estimulantes, que mejoran la circulación sanguínea y favorecen la regeneración celular.
  • Mascarilla de leche de avena y tomate: Mezcla media taza de leche de avena con el jugo de un tomate. El tomate tiene un alto contenido en licopeno, un antioxidante que protege la piel del daño solar y previene las manchas.
  • Mascarilla de leche de avena y yogur: Mezcla media taza de leche de avena con tres cucharadas de yogur natural. El yogur tiene ácido láctico, que ayuda a exfoliar y aclarar la piel.

Para preparar y aplicar estas mascarillas, sigue los mismos pasos que para la mascarilla de leche de avena sola, pero teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Elige ingredientes frescos y de buena calidad, preferiblemente orgánicos.
  • Realiza una prueba de alergia en una zona pequeña de tu piel antes de aplicar la mascarilla en todo el rostro.
  • No uses estas mascarillas más de dos veces por semana, ya que podrían irritar o resecar tu piel.
  • No las guardes en el refrigerador por más de dos días, ya que podrían perder sus propiedades o contaminarse con bacterias.

Fuente: glamour

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