Esta enfermedad se adquiere principalmente a través del consumo de alimentos contaminados y, aunque es poco común, puede ser mortal para ciertos grupos de riesgo
La listeriosis es una infección bacteriana grave causada por la bacteria Listeria monocytogenes, un microorganismo que se encuentra de forma natural en el suelo, el agua y las heces de animales.
(Imagen superior de Artem Podrez en Pexels).

Fuentes de Contaminación y Transmisión
La bacteria Listeria tiene la capacidad de sobrevivir y crecer en ambientes fríos, incluyendo la temperatura de refrigeración, lo que la hace particularmente peligrosa. Las fuentes más comunes de contaminación de alimentos son:
- Lácteos no pasteurizados: Leche cruda y quesos blandos hechos con ella (como el queso fresco, feta, brie o camembert).
- Embutidos y carnes frías: Productos cárnicos listos para comer, como salchichas, jamón, patés y otras carnes de delicatessen.
- Vegetales crudos: Frutas y verduras que pueden haber sido contaminadas por el suelo o el agua.
- Pescados y mariscos ahumados: Productos refrigerados como el salmón ahumado.

La transmisión se produce al ingerir estos alimentos. A diferencia de otras bacterias, no se transmite de persona a persona.
Síntomas y Grupos de Riesgo
Los síntomas de la listeriosis varían en severidad. En personas sanas, puede manifestarse como una enfermedad leve con fiebre, dolores musculares, náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, en los grupos de alto riesgo, la infección puede volverse invasiva y mucho más grave.

Los grupos más vulnerables son:
- Embarazadas y recién nacidos: La listeriosis durante el embarazo puede causar abortos espontáneos, partos prematuros, muerte fetal y serias infecciones en el recién nacido.
- Adultos mayores: A partir de los 65 años, el sistema inmunitario se debilita, lo que aumenta el riesgo de que la infección se propague al cerebro y al sistema nervioso.
- Personas con sistema inmunitario comprometido: Pacientes con VIH/SIDA, cáncer, diabetes, enfermedades renales o aquellos que toman medicamentos inmunosupresores.
Cuando la infección se extiende, puede causar meningitis (inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal) y encefalitis (inflamación del cerebro). Los síntomas de la enfermedad invasiva incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones.
Diagnóstico y Prevención
La listeriosis se diagnostica mediante un análisis de sangre o de líquido cefalorraquídeo. El tratamiento consiste en la administración de antibióticos por vía intravenosa, y la recuperación es más probable cuando el tratamiento se inicia tempranamente.

Para prevenir la infección, es crucial seguir buenas prácticas de seguridad alimentaria:
- Lava bien las frutas y verduras antes de comerlas.
- Mantén los alimentos crudos separados de los listos para comer.
- Lava tus manos y las superficies de la cocina después de manipular alimentos crudos.
- Cocina bien los alimentos, especialmente carnes y aves.
- Los grupos de riesgo deben evitar el consumo de quesos blandos no pasteurizados, patés refrigerados y carnes de delicatessen, a menos que se calienten a una temperatura segura.
Información relacionada en WebConsultas
Somos A Tu Salud… ¡Salud por todos los medios! ¡Síguenos en nuestras redes sociales!

