La ciencia alcanza un hito histórico. Logran traducir en texto la actividad cerebral de una persona con parálisis que no puede hablar. Para ello, implantaron una matriz de electrodos, del tamaño de una tarjeta de crédito, en la corteza sensorio-motora de un hombre de 36 años.
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Así, científicos de la Universidad de California, en San Diego, usaron algoritmos «de aprendizaje profundo» para entrenar modelos informáticos que reconocen otros que clasifican palabras, a partir de ciertos patrones observados en la actividad cerebral del paciente.
Le pidieron al hombre que pensara en decir las palabras que le presentaron en una pantalla. “Este resultado realmente es un hito hacia la restauración del habla para las personas que no pueden comunicarse debido a la parálisis”; indica David Moses, ingeniero postdoctoral en UCSF y autor principal del estudio, quien continuó:
“Ha habido otros enfoques existentes; pero esta es la primera prueba de que alguien puede intentar hablar y que podemos traducir lo que estaba tratando de decir a partir de la actividad del cerebro”
Derrame cerebral
El participante tuvo un derrame en el tronco cerebral cuando tenía 20 años; por lo que tuvo una parálisis severa y pérdida de habla intelegible, conocida como anartria. Otras causas incluyeron esclerosis lateral amiotrófica, una rara condición neurológica que afecta principalmente a los nervios responsables del movimiento voluntario.
El hombre del estudio podía vocalizar gruñidos, gemidos, pero no podía articular palabras. Así, usando patrones de mecanografía basados en un ordenador para comunicarse, se pudo controlar y generar, al menos, 15 palabras por minuto, con una tasa de error de 26%.
Durante 48 semanas de capacitación, el participante intentó producir palabras particulares a partir de un conjunto de 50. En cada ensayo se le presentó una de estas palabras en la pantalla; cuando se ponía verde, después de 2 segundos, intentaba decir la palabra.
En dos sesiones finales adicionales, el hombre intentó usar las palabras previamente entrenadas para generar oraciones como “tengo sed” o “necesito mis gafas”.