A pesar de que todos conocemos qué es el mal olor en los pies, realmente las personas no conocen lo que esta patología significa. Lo más probable, es que se asocie erróneamente con la falta de higiene, algo que está lejos de la verdad.
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Esta sintomatología se debe a un mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas; no obstante, sudar más no implica que los pies desprendan un olor peor. Las personas no pueden obviar el hecho de que el sudor está compuesto, mayormente, por agua. Lo que produce el hedor son las bacterias.
Acá se hace presente la bromhidrosis o podobromhidrosis, que es la composición del sudor por las bacterias de la piel de los pies, que genera ácido graso y amonio. En definitiva, lo que provoca el mal olor son todos los microorganismos que todo el mundo tiene en la piel, de forma normal.
Existen diversos motivos por los que las personas pueden desarrollar esta bromhidrosis plantar. Mayormente, se debe a problemas en el metabolismo, tiroides o en la glándula suprarrenal. Sin embargo, este mal olor puede incrementarse por una serie de factores externos al organismo, como la ingesta de medicamentos, como infecciones por bacterias u hongos.
Igualmente, un incremento de la sudoración de los pies se debe a causas genéticas. Las plantas de los pies, con el objetivo de preservar la integridad de la piel, deben mantener los niveles de humedad en todo momento.
Evitar el mal olor en los pies
Aunque el olor que brota de los pies es algo natural y propio del cuerpo humano, es cierto que las personas afectadas por esta situación pueden llevar a cabo algunas conductas para paliarlo. Los podólogos recomiendan el uso de calcetines limpios a diario, e incluso, cambiarlos durante el día.
Por ejemplo, si una persona está haciendo ejercicio, debe cambiarse las medias al terminar para evitar el mal olor. Igualmente si hay altas temperaturas, que junto al calor que se produce por el zapato, propician el mal olor en los pies.
No todos los calcetines funcionan para evitar el mal olor en los pies. Es vital que sean transpirables y no sean sintéticos, ya que estos recalientan el pie.
