En general, la secuencia con que se presentan las enfermedades alérgicas se le denomina «marcha atópica o alérgica», y se refiere a la progresión inducida por factores predeterminados.

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Esos factores pueden pertenecer a cualquiera de los siguientes tipos:

  • Hereditarios 
  • Sensibilización intrauterina
  • Inmunidad materna  
  • Ambientales y
  • Estilo de vida  

Generalmente, esto afecta a un  gran número de personas, manifestándose progresivamente durante toda sus vidas.

Marcha atópica o alérgica
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¿En qué momento de la vida se puede manifestar?

El niño que tiene antecedentes familiares de alergias, hereda esta condición, y en los primeros meses de vida, incluso en la etapa neonatal comienza, a desarrollar Dermatitis Atópica, es decir eccemas en la piel, mejillas enrojecidas y ásperas, como se ha explicado en temas anteriores en esta página de información científica.

¿Son patologías separadas o muestran relación?

En la enfermedad atópica convergen varios órganos y sistemas (aparato respiratorio, piel y tubo digestivo) como consecuencia de un trastorno inmunológico complejo, bien definido.

La rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica, el asma, y la dermatitis atópica, lejos de ser padecimientos aislados, deben ser considerados manifestaciones órgano específicas de una enfermedad alérgica sistémica, en la que pueden coexistir diversos trastornos órgano-específicos, pero con una base alérgica común

Todas las patologías muestran relación entre sí, de hecho, para poner un ejemplo, un paciente con   “alergia alimentaria, a las proteínas de la leche de vaca,” puede ella sola producir durante la vida del paciente los siguientes síntomas.

Etapa neonatal preescolar

Síntomas cutáneos como prurito, edema de labios o cara; también puede haber dolor abdominal, diarrea, sangre oculta en materia fecal o problemas respiratorios como rinitis y Bronquiolitis.

Marcha atópica o alérgica
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Etapa escolar y adolescente

Aparecen cuadros bronco-obstructivos (broncoespasmo) con o sin infecciones respiratorias, y crisis asmáticas. Más adelante se presentan síntomas y signos de rinitis alérgica, esto es: estornudos, prurito nasal, obstrucción y secreción nasal acuosa, que si no se controlan, pueden persistir hasta la edad adulta.

¿Cuál es el sistema que emplea el especialista para medir el impacto en el paciente de la marcha alérgica o atópica?

La enfermedad alérgica tiene una predisposición genética para el desarrollo de la atopia con sensibilización del sujeto a determinados alergenos; la predisposición no es por sí misma suficiente pues requiere la exposición o contacto con el alergeno para lograr la sensibilización y la posterior producción de IgE específica.

Existe inicialmente una presentación antigénica a los linfocitos B que posteriormente al estar ya estimulados en una forma apropiada, se transforman en células plasmáticas que inician la síntesis de la IgE específica contra el alergeno en particular

Actualmente se observa que la marcha alérgica inicia desde la manifestación gastrointestinal (expresión de alergia alimentaria) y cutánea (dermatitis atópica) progresando hacia las formas que afectan la vía respiratoria (enfermedades sibilantes, rinitis, rinosinusitis y asma bronquial), todas ellas son expresiones de un idéntico proceso patológico de naturaleza inflamatoria, crónica y recurrente en diferentes aparatos y regiones corporales que tienen una superficie de contacto con los alergenos externos (tubo digestivo, piel, vía respiratoria).

Marcha atópica o alérgica
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Así el diagnóstico inmunológico tanto clínico como de laboratorio es idéntico al que se utiliza al evaluar cada patología por separado.

¿Cómo se puede prevenir esta patología?

Esta evolución, de la marcha atópica, que se presenta en la primera infancia, permite al pediatra especialista intervenir tempranamente en lo que se conoce como ETAC (por su sigla en inglés): Early Treatment Atopic Child).

Se trata de educar a la familia sobre cómo evitar factores que provocan alergias en el niño y que luego serán los desencadenantes de síntomas. En caso de ser necesario se pueden indicar fármacos de acuerdo con la edad e historia clínica de cada paciente, tal como, el uso oportuno de antihistamínicos de tercera generación, previo diagnóstico etiológico realizado por especialista alergólogo.

Por otra parte, en muchos de estos casos, también es posible aplicar el Índice Predictor de Asma (API) que ofrece la posibilidad, en el niño menor de 3 años, de predecir la probabilidad de ser asmático cuando llegue a la edad escolar.

Este índice se basa en los antecedentes (padre o madre con asma) con presencia de  eccemas en los primeros años de vida del niño asociado a la ocurrencia de rinitis alérgica antes de los 3 años con crisis de broncoespamo no asociadas a virosis, y/o valores de eosinofilia periférica elevada.

Marcha atópica o alérgica
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¿Qué ocurre si el paciente no se trata a tiempo y deja avanzar los síntomas?

El impacto de las alergias en la infancia es bastante considerable al condicionar, gran ausentismo escolar, cambios conductuales y trastornos del aprendizaje. Sin contar que indefectiblemente puede padecer de asma bronquial crónica, con todas las implicaciones en cuanto  calidad de vida que esta enfermedad produce.

¿Un mismo especialista puede tratar o es recomendable el trabajo de un equipo?

Es muy importante que el niño sea atendido por su pediatra de referencia, quien al realizar los controles y el seguimiento evolutivo podrá observar junto a los padres esta secuencia de enfermedades, y referirlo al alergólogo de confianza que complementará no solo el diagnóstico específico, sino sugerir las terapias que garanticen el bloqueo del desarrollo de la llamada marcha alérgica o marcha atópica.

A tu salud…