El mieloma múltiple es un tipo de cáncer en la sangre que afecta a millones de personas, pero del que se habla poco. A diferencia de otros padecimientos más conocidos, sus síntomas pueden ser confusos, lo que retrasa un diagnóstico oportuno. Comprender qué es esta enfermedad y cómo se manifiesta es vital para que puedas reconocer las señales de alerta y actuar a tiempo.
Esta enfermedad afecta a una célula específica llamada célula plasmática, cuya función normal es producir anticuerpos para defender a tu cuerpo de infecciones. Sin embargo, cuando se vuelve cancerosa, esta célula comienza a producir un anticuerpo anormal de manera acelerada, lo que causa diversos síntomas y complica la salud de los pacientes.

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Las cuatro señales de alerta
Es crucial que estés atento a las manifestaciones más comunes de esta enfermedad, especialmente si ya eres un adulto mayor. Si bien la mayoría de los casos se diagnostican en etapas avanzadas, conocer estos síntomas te da una ventaja para buscar ayuda médica a tiempo.
- Dolor en los huesos: Es uno de los síntomas más característicos, ya que las células anormales afectan la estructura ósea.
- Insuficiencia renal: La acumulación de la proteína anormal puede afectar el funcionamiento de tus riñones.
- Anemia: La falta de glóbulos rojos es un síntoma común, lo que te hace sentir más débil o cansado de lo normal.
- Niveles altos de calcio: El exceso de calcio en la sangre puede tener consecuencias graves para tu cuerpo, como síntomas neurológicos o problemas del ritmo cardíaco.
El diagnóstico oportuno es crucial
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, debes acudir al médico. El diagnóstico se basa en varias pruebas, comenzando por un simple análisis de sangre. En este se revisa la cantidad de glóbulos rojos, plaquetas y defensas, así como los niveles de creatinina para evaluar la función de tus riñones y de calcio.
Posteriormente, se realizan pruebas más específicas para detectar la proteína anormal, incluyendo una biopsia de médula ósea. Este examen permite confirmar el diagnóstico al identificar la presencia de células plasmáticas cancerosas, que son la evidencia definitiva de la enfermedad.
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Tratamientos con avances innovadores
Aunque esta enfermedad se diagnostica con frecuencia en estadios avanzados, los tratamientos han avanzado significativamente. Las terapias actuales incluyen nuevos fármacos, anticuerpos monoclonales y terapias bi-específicas que, al usarse en combinación, han logrado mejorar considerablemente la esperanza de vida de los pacientes.
Un tratamiento ideal puede incluso extender la vida hasta por ocho años o más, sin que la enfermedad reaparezca. Aunque no están disponibles en todas partes, terapias aún más avanzadas como las células CAR-T representan un futuro prometedor para un tratamiento aún más personalizado.

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