Según un estudio, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha dicho que las largas jornadas laborales son mortales; sobre todo, durante la pandemia del covid-19.
El exceso de horas de trabajo causa la muerte a cientos de miles de personas al año.
La OMS sostiene que en el 2016 murieron 745.000 personas por derrames cerebrales y enfermedades cardíacas asociadas a largas jornadas laborales; debido a una carga extendida de funciones, que ha costado la vida de los trabajadores, incluso años después de haber cumplido horarios extenuantes.
El estudio de la OMS muestra que las personas que viven en el sudeste asiático y en la región del Pacífico Occidental son las más afectadas; especialmente los hombres de mediana edad, o los mayores.
Ante esto, dice la OMS que es momento de hacer un cambio; y afirma que las empresas también se verían beneficiadas, si sus trabajadores tienen horarios más flexibles.
Largas jornadas laborales estresan a los trabajadores
Algunas instancias creen que las largas jornadas laborales que involucran muchas horas, representa que el trabajador esté más estresado; y a la vez, es menos probable que sea más productivo, a diferencia que trabaje en horarios flexibles.
Por lo tanto, es saludable no abusar de las largas jornadas laborales, sobre todo en una crisis económica; para poder recuperar la producción que permita mantener una economía sostenible, por las altas horas de trabajo.
Sin embargo, el panorama no está mejorando, por el contrario la OMS estima que la pandemia provocó un alza en el número de horas trabajadas en un 10% aproximadamente; en parte, debido momento del teletrabajo y a una mayor competencia, provocada por la caída de la oferta de trabajo.
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A propósito de esto, la vacunación contra el covid-19 avanza lentamente en algunos países; sobre todo latinoamericanos, lo que dificulta aún más el acceso a puestos de trabajo.
Guatemala, Honduras, Paraguay y Venezuela, representan menos del 1% de la población que ha recibido las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Mientras que en Haití, no hay registros de ningún inmunizado, en contraste con Estados Unidos que lleva al menos 120 millones de personas.
Reflejándose una inequidad para llegar a la inmunidad de rebaño, que dicta la OMS, debe ser en torno al 70% de vacunados totales.
Con información de www.dw.com
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