Casi todas las personas mayores de 50 años experimentan presbicia o vista cansada. Existen varias opciones para abordar este problema, desde el uso de diferentes tipos de lentes hasta procedimientos quirúrgicos.

La presbicia, también conocida como presbiopía, es una afección ocular relacionada con el envejecimiento del cristalino y el músculo ciliar; dos estructuras oculares responsables de la capacidad de enfocar objetos cercanos mediante un proceso llamado acomodación.

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Millones de personas con vista cansada

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La presbicia afecta a aproximadamente 17 millones de personas mayores de 45 años en España y se considera el problema visual más común en el país.

Se estima que entre el 95% y el 100% de las personas mayores de 50 años la padecen.

Envejecimiento del cristalino

El cristalino, que se encuentra detrás del iris, es una lente biconvexa y transparente que permite enfocar objetos a diferentes distancias.

Está suspendido en el ojo mediante ligamentos suspensorios unidos al músculo ciliar. Cuando el músculo ciliar se contrae, estos ligamentos se relajan, permitiendo al cristalino cambiar de forma y volverse más grueso para enfocar objetos cercanos. Para ver objetos lejanos, el cristalino se adelgaza al máximo.

Con el envejecimiento, tanto el cristalino como los músculos ciliares pierden elasticidad y potencia, lo que lleva a una creciente dificultad para ver claramente objetos cercanos. Como resultado, la vista se fatiga cada vez más al realizar actividades como la lectura o la costura, que requieren una visión cercana.

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Síntomas de la vista cansada

Los síntomas típicos de la presbicia incluyen dificultad para leer letra pequeña y la necesidad de alejar los objetos cercanos para ver con claridad.

A menudo se conoce como «el síndrome de los brazos largos». Además, las personas con presbicia pueden experimentar dolores de cabeza ocasionales y fatiga visual. La presbicia puede coexistir con otros problemas de refracción ocular, como miopía, astigmatismo o hipermetropía.

¿Cómo se diagnostica la presbicia?

El diagnóstico de la presbicia se realiza mediante un examen ocular completo con la dilatación de las pupilas. Se recomiendan revisiones visuales anuales a partir de los 55 años, ya que las personas mayores son más propensas a desarrollar otras enfermedades oculares como cataratas, glaucoma o degeneración macular relacionada con la edad (DMAE).

Durante la consulta oftalmológica, el médico evaluará el caso específico y determinará el tratamiento más adecuado según la edad del paciente, cualquier problema refractivo existente y la condición del cristalino.

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