La puberfonía, también conocida como disfonía puberal o «voz de falsete mutacional», es un trastorno de la voz que se manifiesta en adolescentes, generalmente varones, que han pasado por la pubertad pero cuya voz no ha logrado el cambio normal a un tono más grave, manteniéndose en un registro agudo, similar al de un niño o una mujer. Aunque puede presentarse en ambos sexos, es significativamente más frecuente en hombres

Durante la pubertad, los cambios hormonales, principalmente el aumento de la testosterona en los varones, provocan un crecimiento y engrosamiento de las cuerdas vocales, lo que resulta en un descenso natural del tono de la voz. Este proceso es gradual y generalmente se completa sin problemas. Sin embargo, en el caso de la puberfonía, este descenso no ocurre o no se estabiliza, dejando la voz con un timbre inmaduro y a menudo monótono, lo que contrasta notablemente con el desarrollo físico general del adolescente. Imagen superior de Kaboompics.com en Pexels.

Causas y Factores Contribuyentes de la Puberfonía

Las causas de la puberfonía no son de naturaleza orgánica o estructural en la laringe; es decir, no hay un problema físico o una malformación en las cuerdas vocales o la caja de la voz. Más bien, se considera un trastorno funcional de la voz, lo que significa que la laringe tiene la capacidad de producir una voz más grave, pero el individuo no la utiliza correctamente.

Los factores que contribuyen a su aparición suelen ser complejos y pueden incluir:

  • Psicológicos y emocionales: Es la causa más común. El adolescente puede desarrollar una resistencia inconsciente al cambio de voz debido a la inmadurez emocional, la timidez, la ansiedad social, el miedo a la adultez, o incluso el apego a la voz infantil que le generaba comodidad o atención. También puede haber una disonancia entre la imagen corporal que se está transformando y una voz que no acompaña ese desarrollo, generando conflictos internos.
  • Musculares y funcionales: Puede haber una falta de coordinación en los músculos laríngeos que controlan la tensión y el movimiento de las cuerdas vocales. El adolescente puede haber desarrollado un patrón de uso de la voz habitual en un registro alto que no es eficiente para la laringe madura, manteniendo una tensión muscular excesiva en las cuerdas vocales y los músculos del cuello que las elevan.
  • Hábito persistente: La voz aguda se convierte en un hábito vocal arraigado, y el cerebro no «registra» la nueva configuración de la laringe post-puberal. A veces, la persona simplemente no sabe cómo producir un tono más grave con sus nuevas cuerdas vocales.
  • Factores sociales: El entorno social y familiar puede influir. Un adolescente que ha sido el «pequeño» de la casa o que ha recibido atención por su voz infantil, podría inconscientemente resistirse a cambiarla.

Es importante destacar que, aunque en raras ocasiones puede haber un factor hormonal subyacente (como hipogonadismo), la mayoría de los casos de puberfonía no están relacionados con anomalías endocrinas, y la laringe es anatómica y fisiológicamente normal para la producción de una voz adulta.

Diagnóstico, Impacto y Tratamiento de la Puberfonía

El diagnóstico de la puberfonía es fundamentalmente clínico y foniatríco. Un especialista en voz, como un foniatra o un otorrinolaringólogo, realizará una evaluación exhaustiva que incluirá una exploración de la laringe para descartar cualquier anomalía orgánica (laringoscopia) y una valoración funcional de la voz. Esta evaluación confirmará que las cuerdas vocales han crecido y engrosado como es debido para la edad y el sexo del individuo, y que la laringe tiene la capacidad de producir tonos graves, pero no los emite de forma espontánea.

Puberfonía
Foto de Andrea Piacquadio en Pexels

El impacto de la puberfonía en el adolescente puede ser considerable. La disonancia entre una apariencia física adulta y una voz infantil puede generar:

  • Problemas psicológicos: Baja autoestima, vergüenza, ansiedad social, depresión, frustración y dificultad para establecer relaciones interpersonales.
  • Problemas de comunicación: Dificultad para ser tomado en serio en entornos escolares o laborales, o incluso para ser identificado correctamente en llamadas telefónicas.
  • Aislamiento social: El adolescente puede evitar situaciones sociales para no exponer su voz, lo que lleva a un mayor aislamiento.

Afortunadamente, la puberfonía es un trastorno con un pronóstico excelente si se aborda correctamente, principalmente a través de la terapia de la voz. La intervención de un logopeda o foniatra es crucial. La terapia suele enfocarse en:

  • Técnicas de relajación: Reducir la tensión en el cuello y la laringe.
  • Conciencia corporal: Ayudar al paciente a sentir la vibración de su voz en un registro más bajo.
  • Ejercicios de producción vocal: Enseñar al adolescente a usar su laringe de manera eficiente para producir tonos más graves y resonantes. Esto puede incluir ejercicios de respiración, fonación y articulación.
  • Apoyo psicológico: A menudo, se abordan los factores emocionales subyacentes, ayudando al adolescente a aceptar su voz adulta y a manejar la ansiedad social. En algunos casos, se puede recomendar una terapia psicológica complementaria.

En la gran mayoría de los casos, la terapia de la voz logra que el adolescente adquiera una voz de tono normal para su edad y sexo en un periodo relativamente corto. La intervención temprana es importante para evitar que el patrón vocal se arraigue demasiado y para mitigar el impacto psicológico en el desarrollo del adolescente.

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