El dolor crónico es una experiencia que va más allá de una simple molestia física. Se trata de una condición que puede afectar significativamente la calidad de vida de las personas, impactando su estado físico y emocional por un tiempo indefinido.

La doctora Judith Marín, especialista en fotónica, medicina antienvejecimiento y obesidad nos cuenta acerca de las bondades de este tratamiento y las diversas formas de aplicarlo para ofrecer alivio a los pacientes.

Existen dos tipos de crioterapia para el alivio del dolor crónico, la primera es la localizada con forma de apósitos o compresas heladas para dolores agudos, pero también existe una crioterapia con nitrógeno líquido para la destrucción directa de células cancerígenas con un equipamiento especializado

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Las terapias de baños helados

Sumergirse en bañeras con hielo se ha convertido en una tendencia popular en muchas redes sociales, sin embargo, la especialista nos señala que en esta práctica no se maneja exactamente el control del choque térmico con la piel.

La tecnología ha ido avanzando desde el 2020 para utilizar nitrógeno líquido evaporado para manejar entre -10° C y -196 ° C sin afectar el organismo para hacer una aclimatación previa de 3 minutos y luego el enfriamiento directo.

Después de esto el organismo llega a su temperatura normal para evitar un choque término que pueda afectar al organismo.

¿Quiénes pueden utilizar la crioterapia para el dolor crónico?

En general, la crioterapia puede ser utilizada por una amplia gama de personas, incluyendo:

  • Deportistas: Para aliviar el dolor y la inflamación muscular después de un entrenamiento intenso o una lesión.
  • Personas con dolor crónico: Para reducir el dolor y la inflamación en condiciones como la artritis, la fibromialgia y el dolor de espalda.
  • Personas con lesiones: Para acelerar la recuperación de esguinces, distensiones, tendinitis y otras lesiones musculoesqueléticas.

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En casos de dolor crónico

La crioterapia puede ayudar a reducir significativamente el dolor y la inflamación en condiciones como la artritis, la fibromialgia y el dolor de espalda. El frío puede ayudar a acelerar la recuperación de lesiones musculares y articulares.

Fuente: A tu salud

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