El tabaquismo pasivo siempre ha sido un riesgo conocido para la salud infantil, pero investigaciones recientes han revelado una preocupación aún más profunda. Estudios científicos alertan sobre un posible efecto intergeneracional del humo del tabaco. La exposición al cigarrillo durante la infancia del padre podría tener consecuencias directas en los pulmones de sus hijos, incluso años después.
Esta nueva línea de investigación sugiere que el daño no es solo ambiental, sino que deja una huella genética que afecta a la descendencia. Comprender esta conexión te permite tomar conciencia de la magnitud del problema. Dejar de fumar y proteger a los niños del humo es una decisión que impacta en la salud de las futuras generaciones.

Imagen de Эдгар Шайдуллин en Pixabay
La huella en el adn
Científicos en Australia y España han publicado hallazgos sobre cómo el tabaquismo pasivo afecta el material genético. No se trata de un cambio en la secuencia del ADN, sino de una alteración en la forma en que se expresan tus genes.
Esto se conoce como una huella en el epigenoma, específicamente en los mecanismos de metilación del ADN. Esta alteración puede activar o desactivar ciertos genes. Si tu padre estuvo expuesto al humo en su infancia, esta marca podría haber sido transmitida, afectando a futuro tus mecanismos de reparación pulmonar.
Efectos en la salud pulmonar
La exposición al humo en la infancia, tanto propia como heredada, aumenta significativamente el riesgo de desarrollar problemas respiratorios.
- Enfermedades crónicas: Los niños expuestos tienen más probabilidades de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) si se convierten en fumadores activos de adultos.
- Problemas en la niñez: El tabaquismo pasivo puede causar asma e incrementar el número de infecciones respiratorias y otitis.
- Función pulmonar reducida: Se ha medido que los niños de padres fumadores pasivos tienen una reducción en el funcionalismo pulmonar.
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La prevención es el único camino
La evidencia es clara: la exposición al humo del cigarrillo es un factor de riesgo multisistémico que va más allá del fumador activo.
La prevención es la única herramienta para combatir este riesgo intergeneracional. Evita fumar en la presencia de niños y busca apoyo para abandonar el hábito por completo. Proteger a tus hijos del humo del tabaco es una inversión directa en su salud respiratoria, cognitiva y genética.

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