Protección Frente a una Enfermedad Dolorosa y Complicada

El herpes zóster, comúnmente conocido como culebrilla, es una infección viral causada por la reactivación del virus de la varicela-zóster (VVZ), el mismo virus que provoca la varicela. Una vez que una persona ha tenido varicela, el VVZ permanece latente en las células nerviosas del cuerpo y puede reactivarse años o décadas después, especialmente en adultos mayores o personas con el sistema inmunitario debilitado. La vacuna contra el herpes zóster es una herramienta crucial para prevenir esta dolorosa afección y sus complicaciones. (Imágenes de IA creadas en Google AI Studio)

¿Qué es el Herpes Zóster?

El herpes zóster se manifiesta típicamente como una erupción cutánea dolorosa y con ampollas que generalmente aparece en un solo lado del cuerpo o la cara, siguiendo el recorrido de un nervio. Antes de la erupción, es común experimentar dolor, picazón, hormigueo o sensibilidad en la zona afectada.

Los síntomas pueden incluir:

  • Dolor punzante, quemante o eléctrico.
  • Erupción con ampollas llenas de líquido que luego forman costras.
  • Fiebre, dolor de cabeza, escalofríos o malestar general.

Aunque la erupción suele desaparecer en 2 a 4 semanas, la complicación más frecuente y debilitante es la neuralgia posherpética (NPH). La NPH es un dolor nervioso intenso y persistente en la zona afectada que puede durar meses o incluso años después de que la erupción ha sanado, afectando gravemente la calidad de vida.

¿Quiénes Deben Vacunarse?

El riesgo de desarrollar herpes zóster aumenta significativamente con la edad y es mayor en personas inmunodeprimidas. Las guías de salud internacionales y nacionales recomiendan la vacunación para:

  • Adultos de 50 años o más: Independientemente de si han tenido varicela o herpes zóster en el pasado.
  • Adultos de 18 años o más con inmunodepresión o inmunodeficiencia: Debido a enfermedades o tratamientos que comprometen su sistema inmunitario (por ejemplo, cáncer, VIH, trasplantes, uso de corticosteroides a largo plazo).

Vacuna contra el Herpes Zóster

Incluso si ya se ha tenido herpes zóster, la vacunación es recomendable para protegerse de futuras reactivaciones, ya que la inmunidad natural tras un episodio no garantiza una protección duradera.

Tipos de Vacunas Disponibles

Actualmente existen dos tipos principales de vacunas contra el herpes zóster:

  1. Vacuna Viva Atenuada (Zostavax): Es una vacuna de virus vivos atenuados que ha estado disponible por más tiempo. Se administra en una sola dosis. Su eficacia disminuye con la edad y no está recomendada para personas inmunodeprimidas.
  2. Vacuna Recombinante Adyuvantada (Shingrix): Es la vacuna más reciente y ampliamente preferida. Es una vacuna de subunidades que no contiene virus vivos, lo que la hace segura para personas inmunodeprimidas. Se administra en dos dosis, con un intervalo de 2 a 6 meses entre ellas.

Vacuna contra el Herpes Zóster

La vacuna recombinante (Shingrix) ha demostrado una eficacia superior al 90% en adultos de 50 años o más para prevenir el herpes zóster y la neuralgia posherpética, y esta alta eficacia se mantiene incluso en edades avanzadas.

Seguridad y Efectos Secundarios

Ambas vacunas son generalmente seguras y bien toleradas. Los efectos secundarios más comunes son leves y temporales, e incluyen:

  • Dolor, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección.
  • Dolor muscular, fatiga, dolor de cabeza.
  • Fiebre o escalofríos (más comunes con la vacuna recombinante).

Estos efectos suelen desaparecer en 2 o 3 días. Las reacciones alérgicas graves son raras, pero es importante informar al personal de salud sobre cualquier alergia conocida. (Revisar este artículo).

La Vacunación: Un Acto de Prevención Activa

El herpes zóster no es solo una molestia; puede ser una enfermedad extremadamente dolorosa que afecta la calidad de vida, la movilidad y el bienestar emocional. La vacuna representa una oportunidad invaluable para evitar el sufrimiento asociado, la neuralgia posherpética y otras complicaciones como problemas oculares o neurológicos. Hablar con un médico o farmacéutico es el primer paso para determinar si la vacunación contra el herpes zóster es adecuada para usted.

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