El olor en la vagina es algo normal. De hecho, en algún momento de su vida, las mujeres han sentido que el olor de su zona íntima es más fuerte de lo habitual; sin saber bien por qué sucede eso. La realidad, es que hay muchas causas que propician esta situación.
Lo importante es conocer qué causa el olor, para poder actuar en cada caso atajando los problemas y llegando al objetivo: eliminar el mal olor.
“Todas las personas, hombres y mujeres, tienen un olor particular y característico en la zona genital, que no es ni bueno ni malo”, indica Lena Contreras Díaz, ginecóloga adjunta del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, pero, en el caso de la mujer, este olor pueden ser más habitual por muchas razones, algunas de ellas desconocidas por la población, pero que, en su mayoría pueden tratarse y evitarse con una serie de consejos.
El olor vaginal más habitual sucede por la flora vaginal y los organismos que allí habitan, que producen un olor que puede recordar al del yogur. También hay olores derivados de infecciones o enfermedades de transmisión sexual, diferentes a los antes descritos.
«Las infecciones de orina suelen producir mal olor al orinar, pero no tienen por qué producir olor vaginal, a menos que se acompañe de otros problemas como incontinencia urinaria y que la vagina quede húmeda por esos escapes”.
Vagina e infecciones urinarias
“Las infecciones urinarias no suponen una infección de los genitales externos”, añade Contreras Díaz, ya que “generalmente solo comprometen la uretra, vejiga y, en general, los conductos urinarios y los riñones pero no la vagina”.
Estas infecciones sí producen olores, y en su mayoría por tricomonas. De hecho, la tricomoniasis es la enfermedad de transmisión sexual no virica más frecuente. Se produce en hombres y mujeres. Entre los signos más frecuentes está el flujo vaginal con mal olor, dolor al orinar y al tener sexo.
Las vaginosis es otra infección “muy olorosa y la causa más frecuente de mal olor en las mujeres ya que es una alteración de la flora vaginal”, señala Balmori. Ésta “se produce por la sustitución de la flora normal (lactobacillus) a otras bacterias como la gardenerella vaginalis”. Estas bacterias provocan la ausencia o reemplazo de los lactobacilos, que son microorganismos beneficiosos y que de forma mayoritaria constituyen la flora vaginal.