Venecia, mejor conocida como la ciudad flotante, ahora ve también botes eléctricos que buscan cuidar su creación.
El concepto de volar sobre el agua ha dejado de ser una metáfora para esta ciudad flotante, dado que una empresa sueca, ha desarrollado un barco eléctrico.
Este bote evita las olas altas erosionen los edificios de la ciudad flotante, como una especie de vuelo sobre el agua.
Sin inmersiones y sin provocar grandes olas, unos pequeños soportes del hidroplano bajo el casco, levantan el barco y los sensores a bordo garantizan una navegación estable.
La embarcación funciona como un motor eléctrico y su creador dice que con esta tecnología se busca reducir de forma drástica el consumo de energía.
Venecia con botes que usan 80% menos de energía
Al volar se usa 80% menos de energía que cualquier otro barco a motor, permitiendo una gran autonomía eléctrica y gran velocidad.
Otro de los aspectos más importantes es que no deja estelas, porque como es sabido en Venecia el intenso tráfico de botes provoca muchas olas.
Y estas chocan contra las paredes de los edificios, causando la erosión. Pero esta tecnología podría remediar la situación.
Este barco eléctrico cuesta 250.000 euros y hasta ahora sólo se han vendido 31 embarcaciones.
La empresa sueca Candela es la responsable de su desarrollo en Estocolmo, y la firma tiene otro proyecto en marcha.
Estos taxis acuáticos con una capacidad de 30 pasajeros estarán disponibles a partir del 2.022.
Venecia, está ubicada en el noroeste de Italia en la región Véneto de la provincia de Venecia, centro histórico declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
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Está situada dentro de un nuevo conjunto de islas en la laguna de Venecia, en el norte del mar Adriático y su particularidad geográfica.
Así como su milenaria historia patrimonio monumental y artístico uno de los destinos turísticos más populares del mundo.
Aunque al principio en la época del cristianismo, la laguna estuvo poblada por pescadores y cazadores, luego la colonización del siglo V hizo que los habitantes en tierra firme se trasladaran hacia las islas.
Como una especie de escape de las invasiones de los bárbaros que en el terreno pantanoso se dieron obligados a construir palafitos.
Para vivir al principio en los asentamientos, que fueron temporales gradualmente y se habitaron las islas de forma permanente.
Y que luego dieron una base sólida a sus edificios por las primeras plataformas.
Con información de www.dw.com
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