Mi respuesta, muy, pero muy personal a esta pregunta, la hora ideal es aquella en la cual Ud. pueda realizarlo sin ponerse excusas y sin el riesgo de dejar de lado su compromiso de ejercitarse. ¿Por qué? Porque siempre va a resultar mejor hacer ejercicios, que no hacerlo. Entonces, si para usted es mejor activarse a las 2 de la tarde, sin duda, esa es y será la mejor hora del mundo
¿Cuándo es mejor entrenar? – por María Laura garcía | Imagen superior de Andrej Podobedov en Pixabay
Todos realizamos actividad física en distintas horas a lo largo de día, pues para la mayoría, el momento de entrenar se adaptará a los horarios de trabajo, estudios, el colegio de los niños, etc.
Pero siempre me han formulado esta pregunta por las redes, o bien muchas personas se inquietan: «¿Cuál es la mejor hora de entrenar para conseguir buenos resultados?»; «¿Hay alguna diferencia entre el entrenamiento por la tarde o la mañana?» Insisto: Para mí, los beneficios del ejercicios siempre serán muchos, independientemente de la hora.

Diversos estudios sostienen que el ejercitarse a primeras horas del día ofrece mayores beneficios que hacerlo en horas de la tarde. Entre los efectos positivos citan lo revitalizante que resulta la actividad física realizada por la mañana, pues nos llena de energía para continuar con ánimo el resto del día.
Por otra parte, el cuerpo después del descanso nocturno tendrá mayor vitalidad para moverse. Incluso, lo más seguro es que si entrenamos por la tarde surja algún imprevisto o reuniones de trabajo que nos impidan el entrenamiento a esa hora del día.
Otras investigaciones afirman que para aquellos que quieren perder peso, lo ideal es entrenar por la mañana. El activarse a estas horas parece incrementar el trabajo metabólico del cuerpo y así se favorece el gasto calórico. Adicionalmente, el ejercicio matutino potencia la actividad mental y su efecto puede perdurar hasta diez horas después.
Ahora bien, a pesar de todos esos beneficios, hay muchos a quienes les cuesta renunciar a una hora más de sueño y suelen no cambiar el entrenar por el dormir.

Llegados a este punto la interrogante a despejar es la siguiente: ¿los beneficios varían mucho entre una u otra opción?
En mi opinión, el optimizar la actividad mental no es una bondad ajena al entrenamiento ni por la tarde ni por la noche. Así, estoy segura que las endorfinas nos cargan de energía, pero adicionalmente, nos relajan. Ésto sería una buena excusa para un entrenamiento vespertino, ya que después de una jornada estresante, sería ideal sentirnos como nuevos antes de llegar a casa.
Por otro lado, mientras más nos ejercitamos el metabolismo y el gasto calórico se elevan más y más, por lo que no creo esencial que la actividad se realice exclusivamente al comenzar el día.
Una desventaja de entrenar por la mañana podría ser que muchos omiten el desayuno, y dependiendo del entrenamiento esto pudiera resulta perjudicial.
Finalmente, si deseamos tener y preservar nuestra calidad de vida, movilidad en la vejez y la salud, considero al ejercicio físico un hábito indispensable. Por ello, insisto en que sus beneficios no tienen que estar condicionados a horarios. Todo lo contrario: que a cualquier hora y en cualquier lugar, poner nuestro cuerpo en movimiento es gratificante y muy saludable. ¿Ustedes que opinan?
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