En un mundo obsesionado con la productividad y la constante actividad, emerge una filosofía que celebra todo lo contrario: el Niksen

Proveniente de la cultura danesa, el término «niksen» se traduce literalmente como «no hacer nada» o «estar inactivo», pero su significado va más allá de la simple pereza. (Imagen superior de Andrea Piacquadio en Pexels.)

Es el arte de tomarse un tiempo para estar presente sin un propósito específico, sin una tarea que completar, sin la presión de ser productivo o de justificar la inactividad. Es una práctica consciente de permitir que la mente divague libremente, sin distracciones externas.

Niksen
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¿Qué Implica Realmente el Niksen?

A primera vista, el Niksen podría confundirse con la pereza o la procrastinación, pero la distinción es crucial. No se trata de evitar una tarea pendiente para hacer algo más placentero (como ver televisión o revisar redes sociales). De hecho, a menudo implica lo contrario: desconectar de pantallas y actividades estructuradas.

Niksen
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El Niksen es…

  • Inactividad con propósito (o la falta de él): No estás intentando lograr nada. No estás meditando (que tiene un objetivo de atención plena), ni planificando (que tiene un objetivo de futuro). Simplemente estás «siendo».
  • Permitir que la mente divague: Es darle a tu cerebro la oportunidad de desconectarse del «modo hacer» y entrar en un «modo de red neuronal por defecto», donde puede procesar información, generar ideas y resolver problemas de manera subconsciente.
  • Sin distracción externa: Idealmente, el Niksen se practica sin pantallas, sin música, sin lectura. Solo tú y tus pensamientos o el entorno pasivo. Mirar por la ventana, sentarse en silencio, observar una nube pasar, o simplemente estar sentado en un sofá sin hacer nada más que existir.
  • Un antídoto al agotamiento: Es una respuesta consciente a la cultura de la productividad y al «burnout». Reconoce la necesidad de descanso mental y físico para recargar energías.

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Beneficios del Niksen en un Mundo Acelerado

Aunque parezca contraintuitivo en nuestra sociedad orientada a la acción, la ciencia y la psicología están comenzando a respaldar los beneficios de integrar el Niksen en la vida diaria:

  1. Reducción del Estrés y el Agotamiento: La sobrecarga de información y la constante exigencia de productividad pueden llevar al estrés crónico y al agotamiento mental y físico. Generalmente, el Niksen ofrece un respiro, permitiendo que el sistema nervioso se relaje y reduciendo los niveles de cortisol (la hormona del estrés).
  2. Aumento de la Creatividad y la Innovación: Cuando la mente tiene la libertad de divagar sin un objetivo fijo, se activa la red neuronal por defecto del cerebro. Esta red está asociada con la resolución de problemas, la generación de ideas y la creatividad. Al no «hacer nada», puedes abrir espacio para nuevas perspectivas y conexiones.
  3. Mejora de la Capacidad de Atención y Concentración: Al darle un descanso a tu cerebro de la estimulación constante, le permites «recuperarse» y mejorar su capacidad para concentrarse cuando realmente lo necesitas. Es como permitir que un músculo se recupere para rendir mejor.
  4. Mayor Conciencia de uno mismo: Al estar en silencio y sin distracciones, puedes sintonizar mejor con tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales. Esto fomenta una mayor autoconciencia y puede ayudar a procesar experiencias.
  5. Potencia la Resiliencia: Practicar el Niksen puede ayudar a desarrollar una mayor resiliencia frente a los desafíos, al proporcionar un mecanismo para desconectar y recargar.
  6. Fomenta la Dicha y el Bienestar General: Al liberarse de la culpa de no ser productivo, el Niksen permite disfrutar de momentos de paz y tranquilidad, lo que contribuye al bienestar emocional.

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Cómo Incorporar el Niksen en tu Vida Diaria

No necesitas dedicar horas al Niksen; unos pocos minutos al día pueden marcar una diferencia. La clave es la intencionalidad:

  • Empieza poco a poco: Comienza con 5 o 10 minutos al día. Siéntate en una silla, mira por la ventana, o simplemente quédate quieto sin hacer nada.
  • Encuentra tu lugar: Busca un espacio donde te sientas cómodo y no seas molestado. Puede ser un rincón de tu casa, un parque o incluso durante tu viaje en transporte público.
  • Desconecta: Apaga el teléfono, cierra el ordenador. El objetivo es minimizar las distracciones.
  • Deja de juzgarte: El mayor obstáculo para el Niksen es la culpa de «no hacer nada». Recuerda que es una forma de autocuidado y un descanso productivo para tu cerebro.
  • Integra pequeñas pausas: En lugar de largas sesiones, puedes introducir micro-Niksen a lo largo del día: unos minutos entre reuniones, mientras esperas el café, o antes de empezar una nueva tarea.

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El Niksen es una invitación a desacelerar, a valorar la inactividad como una forma de inversión en tu bienestar. Es una herramienta poderosa para encontrar equilibrio en un mundo que a menudo nos empuja a la sobrecarga.

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