Un cepillado adecuado va más allá de frotar, es una técnica precisa para eliminar la placa, prevenir las caries y mantener una boca realmente sana. Aquí te mostramos cómo perfeccionar esta rutina esencial
Cepillarse los dientes es una de las rutinas más comunes de nuestro día a día, pero la mayoría de las personas no lo hace de manera correcta. (Imagen superior de Martin Slavoljubovski en Pixabay).
Los Preparativos para el Cepillado Perfecto
Antes de empezar, asegúrate de tener las herramientas adecuadas. Elige un cepillo de dientes de cerdas suaves y con una cabeza pequeña, que te permita alcanzar todas las zonas.
Opta por una pasta dental que contenga fluoruro, un mineral clave para fortalecer el esmalte y combatir las caries.
La Técnica: Un Arte de Precisión
Un buen cepillado es un movimiento suave y metódico, no una acción agresiva. Sigue estos pasos para una limpieza óptima:
- El ángulo correcto: Sostén el cepillo en un ángulo de 45 grados con respecto a las encías. De esta forma, las cerdas pueden limpiar tanto la superficie del diente como la línea de la encía, donde se acumula la mayor parte de la placa.
- Movimientos suaves: Usa movimientos cortos y suaves de atrás hacia adelante o circulares. Evita el movimiento horizontal, ya que puede dañar tus encías y el esmalte con el tiempo.
- Cubre todas las superficies: No te olvides de ninguna zona. Limpia las superficies exteriores, interiores y masticatorias de todos tus dientes, dedicando tiempo a cada una.
- No olvides la lengua: Después de cepillar tus dientes, limpia suavemente tu lengua con el cepillo. Esto elimina las bacterias, mejora el aliento y mantiene tu boca más fresca.
- El factor tiempo: Cepíllate por al menos 2 minutos. Para asegurarte de cumplirlo, puedes usar el temporizador de tu teléfono o un reloj de arena. La mayoría de las personas se cepillan por menos de un minuto, por lo que este simple cambio puede marcar una gran diferencia.
Errores Comunes que Debes Evitar
- Cepillar con demasiada fuerza: Esto puede causar recesión de las encías y dañar el esmalte, dejando tus dientes vulnerables a la sensibilidad.
- No usar hilo dental: El cepillo solo llega al 60% de las superficies del diente. Usa hilo dental o cepillos interdentales para limpiar los espacios entre los dientes al menos una vez al día.
- No reemplazar el cepillo: Cambia tu cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, o antes si las cerdas se ven desgastadas. Un cepillo viejo es menos efectivo para eliminar la placa.
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