Lo que parece un placer inocente es, en realidad, un hábito que perjudica tu descanso y te hace sentir más cansado al despertar. La ciencia lo tiene claro: esos minutos extra son la trampa perfecta para la calidad de tu sueño
El Snooze | (Imagen superior de Miriam Alonso en Pexels).
El sonido de la alarma es la señal de que el día ha comenzado; pero para millones de personas, es solo el inicio de un ritual: el de repetir la alarma activando el snooze para «disfrutar» de cinco minutos más de sueño.

¿Qué le Sucede a tu Cerebro al Repetir la Alarma?
Cuando suena la alarma por primera vez, tu cerebro inicia un proceso para prepararse para el estado de vigilia. Al presionar el botón de repetición, le envías una señal confusa. Le pides que regrese al estado de sueño, lo cual puede engañarlo para que comience un nuevo ciclo de sueño profundo.

Sin embargo, ese ciclo es interrumpido abruptamente pocos minutos después, lo que causa la inercia del sueño. Esta inercia es la sensación de desorientación, aturdimiento y cansancio que experimentas al despertar, un efecto que se intensifica con cada repetición de la alarma.
El Círculo Vicioso de la Baja Calidad del Sueño
El sueño se organiza en ciclos que duran aproximadamente 90 minutos. Cada repetición de la alarma interrumpe estos ciclos de forma brusca. Tu cuerpo no alcanza las etapas más profundas y restauradoras del sueño.

El resultado es un sueño fragmentado, de baja calidad, que te deja con la sensación de no haber descansado lo suficiente, sin importar cuántas horas hayas dormido. El hábito de repetir la alarma crea un círculo vicioso: te sientes cansado porque no duermes bien, y no duermes bien porque te sigues permitiendo esos falsos «cinco minutos más».
Consejos para Romper el Hábito del Snooze
Si quieres mejorar tu descanso y despertar con más energía, es hora de ponerle fin a este ritual. Aquí hay algunas estrategias que puedes aplicar:
- Pon la alarma lejos de tu cama: La forma más efectiva de evitar el botón de repetición es obligarte a levantarte para apagarla. Una vez que estás de pie, es más fácil evitar la tentación de volver a la cama.
- Duerme lo suficiente: La necesidad de repetir la alarma a menudo es una señal de que no estás durmiendo las horas que tu cuerpo necesita. Intenta acostarte 30 minutos antes para ver si mejora tu despertar.
- Establece una rutina: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj biológico y facilita el despertar natural.
- Exponte a la luz: Apenas te levantes, abre las cortinas o sal a un balcón. La luz natural le dice a tu cerebro que es hora de despertar y suprime la producción de melatonina, la hormona del sueño.

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