A diferencia de otras alergias alimentarias que se manifiestan de inmediato, el síndrome alfa-gal provoca una reacción alérgica tardía al comer carne de mamífero (como res, cerdo o cordero) o a productos derivados de ellos, como la leche y la gelatina
El síndrome alfa-gal, o alergia a la carne roja inducida por garrapatas, es una afección alérgica inusual que se produce después de que una persona es mordida por ciertas garrapatas. (Imagen superior creada con Google AI Studio).
Causas y el Vínculo con las Garrapatas
El síndrome es una respuesta del sistema inmune a una molécula de azúcar llamada alfa-gal (galactosa-α-1,3-galactosa). Este azúcar se encuentra en la mayoría de los mamíferos, pero no en los humanos, aves o peces. Cuando una persona es mordida por una garrapata que se ha alimentado previamente de un mamífero, la garrapata le inyecta la molécula alfa-gal.

El sistema inmunológico de la persona, al reconocerla como una sustancia extraña, crea anticuerpos para combatirla. La próxima vez que la persona consuma carne de mamífero, su cuerpo liberará histaminas y otros químicos que causan una reacción alérgica.
Síntomas y la Clave del Diagnóstico Tardío
El rasgo más distintivo del síndrome alfa-gal es el retraso entre la ingestión de la carne y la aparición de los síntomas.

A diferencia de otras alergias alimentarias, la reacción puede ocurrir entre 2 a 10 horas después de comer, lo que dificulta mucho el diagnóstico. Los síntomas pueden incluir:
- Urticaria (ronchas) y picazón intensa.
- Inflamación de la cara, los labios, la lengua o la garganta.
- Dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos.
- Dificultad para respirar o sibilancias.
- En casos severos, shock anafiláctico, que es una reacción alérgica grave y potencialmente mortal.
Diagnóstico, Tratamiento y Perspectivas
El diagnóstico se realiza a través de un análisis de sangre específico que busca los anticuerpos para alfa-gal. El tratamiento más importante es evitar por completo la carne de mamífero y los productos que puedan contener alfa-gal. Esto incluye la carne de res, cerdo, cordero, venado y, en algunos casos, lácteos y gelatina.

Las carnes de aves de corral y los mariscos no contienen alfa-gal y son generalmente seguras para el consumo. Para tratar las reacciones agudas, se pueden usar antihistamínicos, y en los casos graves, se recomienda el uso de un autoinyector de epinefrina. La buena noticia es que, si la persona evita nuevas picaduras de garrapata, la sensibilidad al alfa-gal puede disminuir y, en algunos casos, desaparecer con el tiempo.
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