Con el inicio del mes de concienciación sobre el cáncer de mama, es crucial que te enfoques en la herramienta de detección más efectiva: la mamografía. A pesar de su eficacia comprobada, esta prueba sigue siendo objeto de numerosos mitos y falsas creencias que pueden llevarte a posponer o evitar un diagnóstico precoz. Debes disipar estos miedos para tomar decisiones informadas sobre tu salud.
La mamografía es el «gol estándar» en el screening o cribado de cáncer de mama. Si bien el ultrasonido mamario tiene su rol, la mamografía es la única que puede detectar lesiones muy pequeñas en etapas iniciales. Recuerda que el diagnóstico precoz es tu mayor garantía de supervivencia.

Imagen de Elías Alarcón en Pixabay
Mitos desmentidos sobre la radiación
Existe la preocupación de que la radiación emitida por una mamografía pueda causar cáncer o aumentar el riesgo. Es importante que conozcas la verdad científica al respecto.
La mamografía utiliza una pequeña cantidad de radiación localizada en la mama. Esta dosis es extremadamente baja; para que te hagas una idea, equivale a la radiación cósmica que recibes en un viaje de avión de ida y vuelta entre Caracas y Madrid. El beneficio de la detección temprana es infinitamente mayor que el riesgo asociado a esta mínima exposición.
La dupla perfecta: mamografía y ecografía
El uso de la mamografía y el eco mamario (ultrasonido) depende de tu edad y de la densidad de tu tejido mamario. Las técnicas se complementan.
- Menos de 35 años: Se prioriza el ultrasonido mamario debido a que el tejido mamario es más denso, lo que dificulta la lectura de la mamografía.
- Mayores de 35-40 años: La mamografía toma la batuta como estudio de control anual, ya que la densidad mamaria disminuye. El ultrasonido pasa a ser un estudio complementario.
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La importancia de diagnosticar sin sentir
El autoexamen o «tócate» es útil para que conozcas tus mamas, pero no es una herramienta de diagnóstico precoz efectiva.
Cuando palpas una lesión, es muy probable que ya mida un centímetro o más. El objetivo principal es diagnosticar un tumor cuando es menor a un centímetro. Esto garantiza, en el 90% de los casos, hasta 12 años libres de enfermedad después de un tratamiento poco invasivo. No esperes a sentir algo para ir al médico; el cáncer en etapas tempranas no duele.

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