El consumo de proteínas es vital para la formación de músculos y órganos, pero su ingesta indiscriminada o en exceso, especialmente en dietas de moda, puede ser perjudicial para tus riñones. Debes recordar que el riñón es el principal filtro de tu organismo, y las proteínas generan una gran cantidad de desechos metabólicos. Un consumo excesivo obliga a este órgano a trabajar en demasía.
El peligro se acentúa en personas que buscan aumentar su masa muscular en el gimnasio, pues a menudo incrementan la ingesta de proteínas sin una evaluación previa. Es fundamental distinguir entre el consumo dietético excesivo y la aparición de proteínas en la orina (proteinuria), ya que esta última es una señal de que ya existe un daño renal que debe ser atendido de inmediato.

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La medida justa y el origen
Para un adulto promedio, el consumo recomendado de proteína es de 1 a 1.5 gramos por kilogramo de peso al día. Superar esta cantidad requiere precaución.
Las proteínas se encuentran en carnes, lácteos y huevos, pero existen distintos tipos:
- Proteínas pesadas: Tienden a ser más difíciles de procesar por el organismo.
- Proteínas ligeras: Las proteínas provenientes del pollo, los vegetales y algunas frutas son de alto valor biológico y mejor aceptadas.
Si aumentas tu consumo para ganar músculo, debes descartar cualquier alteración en la funcionalidad renal para evitar el riesgo de una enfermedad renal avanzada.
Proteinuria: la señal de alerta
Un signo fácil de detectar que indica una posible disfunción renal es la presencia de espuma persistente en la orina; este fenómeno se conoce como proteinuria.
Si el inodoro presenta espuma de forma constante, te está indicando que estás botando proteínas por la orina. Aunque una aparición aislada no es grave, la recurrencia es una señal de alarma. En un adulto, la presencia de proteínas en un examen de orina nunca es normal y puede ser indicio de condiciones que van desde una infección hasta una glomerulopatía.
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Prevención y control después de los 40
Si se detectan altos niveles de proteína en tu orina, el primer paso terapéutico es reducir su consumo dietético para disminuir la carga de trabajo en los riñones.
- Consulta inmediata: Es vital que acudas a un nefrólogo para determinar la etiología de la proteinuria.
- Declive fisiológico: Después de los 40 años, tu función renal disminuye fisiológicamente, por lo que debes ser más cuidadoso con la ingesta de proteínas.
- Chequeo preventivo: Antes de iniciar dietas hiperproteicas o rutinas intensas de ejercicio, hazte una hematología, un examen de orina y un eco renal.
Recuerda que ninguna dieta, especialmente las altas en proteínas, debe asumirse sin la asesoría de un especialista.

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