A muchas personas les fascina el sexo; muchas de ellas necesitan practicarlo solas o en pareja. Tenerlo es sano, de hecho, expertos indican que tiene múltiples beneficios, pero no puede convertirse en una adicción o un deseo incontrolable.

Si esto sucede, podríamos hablar de una adicción al sexo, una enfermedad crónica que requiere un tratamiento específico. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra que el 5% de la población mundial tiene adicción al sexo.

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Susana Ferrandis, del Centro Salud Sexual Valclinic, refiere que se trata de una patología que tiene que ver con la forma en la que las personas se relacionan con el sexo, con pensamientos obsesivos y conductas irrefrenables

«Tiene su base en una activación psicofisiológica que deriva en una dependencia a todo lo relacionado con el sexo, incrementando su frecuencia hasta derivar en consecuencias negativas para el desarrollo normal del día a día puesto que el sexo se vuelve el centro de todo en sus vidas dejando a un lado todo lo demás», indicó

Síntomas de la adicción al sexo

Desde un punto de vista clínico, se refiere a un patrón resistente de fracaso para controlar los impulsos o deseos sexuales. De esta forma, se da un comportamiento sexual repetitivo, que se convierte en el foco central y la única meta de la vida de la persona afectada.

El principal síntoma es que la persona intenta mitigar esto sin éxito, manteniendo las conductas sexuales a pesar de los problemas que puede generarle en diferentes ámbitos.

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Sobre el género, los expertos añaden que se trata, mayormente, de un problema masculino, pero no exclusivo de los hombres. Hay una prevalencia de 5:1 sobre las mujeres.

Hay dos tipos de factores en la adicción del sexo. El primero, biológico. Acá existe una mayor actividad cerebral, a nivel del córtex del cíngulo anterior, la amígdala, estrato ventral y una hipoactividad del lóbulo frontal.

Acá existe una clara diferencia en la actividad cerebral de las personas sanas, en comparación con otras adictas al sexo.

Luego están los factores ambientales. Existe una relación entre la infancia de algunas personas con haber sufrido traumas o abusos sexuales.

Fuente: CuídatePlus

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