Los adictos al alcohol pertenecen a un segmento social a veces olvidado, a veces segregado. La adicción es para la OMS una enfermedad que, además de ser física, es psicoemocional. Caracterizada por una relación de dependencia irracional hacia objetos, sustancias, personas, etcétera.

Julio González es un experto en tratamiento y prevención de adicciones. Es además conferencista y cofundador del centro de adicciones Vistacampo. Y A tu salud, la revista conversó con él para hablar de su libro «Alcohol o yo. La gran victoria de mi vida». Libro prologado por el conocido comunicador, Ismael Cala.

Los adictos al alcohol deben reivindicarse y no excluirse

adictos al alcohol
foro cortesía de Pixabay

González escribió este libro tras haber pasado «más de 20 año en sobriedad». Lo califica de «catártico». El libro, entre otras cosas, pretende «reivindicar a todas las personas que están siendo excluidas o, etiquetadas o, rechazadas, porque tienen algún tipo de adicción.»

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Para el escritor y también terapeuta, este libro explica que las adicciones tienen un origen remoto. Incluso mucho antes de que el adicto dé sus primeros pasos hacia el descenso. Sucede «cuando una persona joven se da cuenta que en el ambiente familiar o social pueden estar atravesando por situaciones de crisis o sumamente difíciles de manejar».

Los ejemplos sobran: «sea un divorcio tormentoso, sea una quiebra económica… y algunos, sin querer nos acercamos a una sustancia buscando paliar tanto dolor».

Agrega González, que el libro no se queda en el «pisar fondo». Pues, refleja todo el camino de recuperación de un adicto al alcohol; en este caso desde su propia experiencia. Julio quiere que «los adictos sepan que es posible recuperarse». Pero también, mostrar cuál es el camino a desandar para alcanzar esa recuperación exitosa.

A decir del cofundador de Vistacampo, a diferencia de otras enfermedades, el alcohólico es rechazado. Exhorta a los adictos al alcohol a que «no sientan vergüenza» y digan a sus familiares o círculos más cercanos «yo necesito ayuda».

Sin dudas, un libro reflexivo, que destaca por presentar a los lectores no solo esa imagen depauperada del adicto al alcohol, sino también la vida en sobriedad, una vez superada esta terrible adicción.

Fuente: María Laura García, Radio

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