La presencia de alergias alimentarias es un desafío creciente en la salud infantil, un tema vital que requiere claridad y conocimiento. Para abordar correctamente esta condición, lo primero que debes hacer es diferenciarla de una simple intolerancia. La alergia es un proceso cíclico y repetitivo, mediado por una molécula inmunológica (IgE), que siempre produce los mismos síntomas al exponerse al alimento.

La intolerancia, por otro lado, es un proceso más lento y solapado, no siempre reproducible, y suele estar ligado a la falta de enzimas para procesar un alimento (como la lactosa o el gluten). La alergia te produce inflamación, urticaria y dificultad respiratoria, mientras que la intolerancia se manifiesta principalmente con síntomas gastrointestinales. Entender esta diferencia es crucial para obtener el diagnóstico correcto.

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Inmunología: la raíz del desvío

El sistema inmunológico es el protagonista en el desarrollo de las alergias. Su función principal debería ser generar tolerancia a todos los elementos, incluidos los alimentos.

En un paciente alérgico, el sistema inmune se desvía, dando una respuesta de intolerancia o una respuesta alergénica e inflamatoria. Tu cuerpo, en lugar de aceptar el alimento, lo ataca como si fuera una amenaza.

Detener la marcha alérgica

Existe una forma de reeducar a tu sistema inmune para que detenga la progresión de la enfermedad.

La inmunoterapia es una terapia que busca mover la respuesta inmunológica de un estado de alergia hacia una respuesta tolerogénica. Esto significa que no solo reduce la sintomatología actual, sino que previene que te sensibilices a otros elementos y desarrolles más alergias con el tiempo. Esto detiene lo que se conoce como marcha atópica, donde las alergias evolucionan a asma o eccema.

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Factores de riesgo de anafilaxia

El shock anafiláctico es una de las complicaciones más graves de la alergia alimentaria. Reconocer los factores de riesgo es el primer paso para evitarlo.

  • Edad temprana: Mientras más temprano en la vida comiencen las reacciones, mayor puede ser el riesgo.
  • Gravedad inicial: Si las primeras reacciones son muy graves, la probabilidad de anafilaxia es mayor.
  • Múltiples sensibilizaciones: Si eres alérgico a muchas sustancias, tienes más riesgo. En estos casos, la alergia molecular (por componentes) permite identificar el elemento básico para un tratamiento más eficiente.