Cuando piensas en el Parkinson, es probable que lo asocies de inmediato con los temblores y las dificultades motoras. Sin embargo, antes de que estos síntomas visibles aparezcan, tu cuerpo puede darte una señal de alerta silenciosa: la pérdida o reducción del sentido del olfato, conocida como anosmia o hiposmia.
Este síntoma no motor es sorprendentemente común en la enfermedad. Se estima que afecta a una gran mayoría de las personas que desarrollan Parkinson. La anosmia no es un simple resfriado o una molestia menor, sino una manifestación temprana de que la enfermedad está comenzando a afectar áreas clave de tu cerebro.

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La conexión cerebral
La pérdida del olfato está estrechamente ligada a los mecanismos de la enfermedad de Parkinson. La patología del Parkinson, que implica la acumulación de la proteína alfa-sinucleína, comienza a menudo en el bulbo olfatorio.
El bulbo olfatorio es la estructura cerebral encargada de procesar los olores. La acumulación de esta proteína en el bulbo es una de las primeras áreas afectadas, incluso años o décadas antes de que notes los primeros problemas de movimiento.
La anosmia en números
La disminución del sentido del olfato es uno de los síntomas no motores más frecuentes en el Parkinson.Lea:
- Alta prevalencia: Se presenta en hasta el 95% de las personas con la enfermedad en algún grado.
- Diagnóstico temprano: La anosmia puede aparecer años o décadas antes de los síntomas motores, lo que la convierte en un posible biomarcador temprano.
- Sin respuesta a fármacos: La pérdida de olfato no mejora con los medicamentos tradicionales utilizados para tratar los síntomas motores del Parkinson.
Lea: Tratamiento del parkinson: fármacos y fisioterapia
Lo que pierdes con el olfato
La anosmia tiene un impacto significativo en tu calidad de vida. Tu sentido del gusto está íntimamente ligado al olfato, por lo que su pérdida reduce el disfrute de la comida.
También afecta a tu seguridad. La incapacidad de oler humo, gas o comida en mal estado te pone en riesgo. Si notas que has perdido la capacidad de identificar olores fuertes como el del café, el ajo o el licor, no lo ignores. Consulta con tu médico para una evaluación más profunda.

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