El hambre emocional es un síntoma que esconde detrás una personalidad inquieta y ansiosa.En efecto, muchas personas que hacen dieta, por razones varias, confiesan haber cometido una especie de pecado original al quebrantar las porciones exactas de su dieta alimenticia. Otros han recurrido a comer mucho y repentinamente para sentirse satisfechos más emocional que fisiológicamente.
El hambre psicológico está más presente de lo que se cree en nuestras vidas. Por esto, en el presente post te diremos qué es exactamente, de qué va esto y cómo combatirlo.
Lo que debes saber del hambre emocional
La psicología humana sigue siendo un misterio para muchos especialistas, porque las reacciones que tenemos ante diferentes estímulos pueden parecer irracionales, sin tener causa aparente. Es el caso del hambre emocional que se manifiesta como respuesta ante estados de ánimos que padecemos, como la ansiedad, la tristeza y, por supuesto, el estrés cotidiano.
Estas respuestas emocionales que nos llevan a comer en demasía alimentos específicos que nos calmen genera a la larga, más que satisfacciones un deterioro progresivo de nuestra bienestar físico y psicológico.
¿Cómo funciona en nuestro cuerpo y mente el hambre emocional?
A través del cortisol, que es una hormona reguladora del metabolismo pero también que nos ayuda a estar alerta ante situaciones que involucran estrés. El cortisol envía un especie de mensaje al cerebro y a nuestro cuerpo pidiéndole más energías, más combustible, por decirlo de alguna manera. La repuesta que damos ante la demanda de energía, como ya imginarás, es ir a la nevera corriendo y comenzar un atracón de comidas hasta que la necesidad inicial merme por completo.
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Los alimentos que consumismo cuando estamos siendo empujados por esta hambre psicológica son los carbohidratos, en la mayoría de los casos. Pues, son estos los rubros alimenticios que asociamos más con estados de ánimos alegres, de felicidad.
La dopamina es un personaje que tiene qye ver mucho en esta historia de impulsos y comelonas fortuitas. Ella es un neurotransmisor que nos genera una sensación de bienestar emocional, y que por su potencia e influencia en muchas de nuestras experiencias sensoriales, la deseamosy asociamos al disfrute. De allí que comida y felicidad sean una dupla poderosa que subyacen al hambre emocional.
¿Cómo combatir el hambre emotiva?
No todo está perdido.Como seres humanos, podemos hacer que nuestra parte racional prevalezca ante los impulsos emocionales tóxicos, como bien lo es el hambre emocional. Por ejemplo:
- Comiendo alimentos menos procesados, es decir, más saludables.
- Evitando el sedentarismo.
- Siendo vactivos física y mentalmente.
- Disfrutando de cada comida sin apuros.
- Comiendo frutas entre cada comida.
- Bebiendo mucha agua.
Siguiendo estos prácticos paso estarás haciendo mucho para controlar tu mente y cuerpo, pero sobre todo, cuidando tu salud y bienestar emocional.
Fuente: ienutrición.com
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