Las bacterias intestinales pueden ser responsables de trastornos depresivos, de diferentes cambios en el estado de ánimo de las personas; y que estos atribuyen a factores exógenos, como el ambiente, el contexto, etcétera.

Algunos ensayos clínicos recientes prueban que las bacterias, virus, hongos y protozoos que proliferan en el estómago pueden ser los causantes de algunos síntomas depresivos ya que pueden afectar las emociones y los procesos cognitivos.

La Universidad de Amsterdam fue la responsable del estudio que revela que la inflamación de las paredes del estómago puede derivar en trastornos depresivos. Igualmente, se ha identificó que a partir de la «firma microbiana» se pueden predecir los síntomas depresivos.

Imagen cortesía de Foto de Kat Smith:en Pixabay

Vínculo entre las bacterias intestinales y los trastornos depresivos

Comúnmente hemos trazado una relación entre el estómago y las emociones, por ejemplo cuando padecemos alguna situación de estrés podemos sentirnos afectados por dolores intestinales. También, la ansiedad y los nervios producen retorcijones como consecuencia de la inflamación de estómago.

Todo lo anterior nos revela que existe un vínculo entre lo que sentimos y las emociones. Pero hay algo más allá, las bacterias responsables de la inflamación y el dolor.

La bacterias responsables de la producción del como el glutamato, el butirato, la serotonina y el ácido gamma amino butírico están relacionadas con el dolor y la inflamación de las paredes del estómago.

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Neurotransmisores intestinales

Aunque los movimientos instestinales siguen siendo un misterio para la ciencia ya se tiene información de que existen neurotransmisores en el estómago capaces de enviar mensajes al cerebro relacionados con bienestar o malestar.

Los movimientos de transporte y digestión que realizan los intestinos están dirigidos por órdenes del cerebro para relajar y acelerar al colón. Razón por la cual en situaciones de estrés nos podemos sentir más afectados con el dolor.

Una de las acciones de los neurotransmisores para indicar que algo anda mal es el dolor por lo que interconectan la inflamación del estómago con el cerebro y finalmente la depresión.

Aunque ya existe certeza de los vínculos entre las bacterias intestinales y los trastornos depresivos no existen hasta ahora tratamientos directos para tratarlos. Sin embargo, son buenas señales para avanzar hacia la prevención y cura.

Fuente: Heathline